Jesús, la medicina preventiva

Algunos piensan que solo nos debemos acordar del Amigo Celestial cuando enfrentamos el sufrimiento. Pero, Jesús es la medicina preventiva que las naciones necesitan. Por eso, Lo consideramos la Religión de la Vida, en este y en el Otro Lado de la existencia. A fin de cuentas, Él superó el Dolor, tan presente en el mundo. Del infortunio, de lo cual tantos obtienen la derrota, con la inspiración de Dios Él construyó Su Autoridad y estableció Su Poder ante los ojos materiales, ya que, reiteramos, los tenía incluso antes de la creación del planeta. “En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Todas las cosas por medio de Él fueron hechas, y nada de lo que ha sido hecho fue hecho sin Él: Jesucristo. La vida estaba en Él, y la vida era la luz de los hombres. La luz resplandece en las tinieblas, pero las tinieblas no prevalecieron contra ella” Jesús (San Juan, 1:1 al 5).

Tela: Gebhard Fugel (1863-1939)

Por lo tanto, en vez de invocar a Aquel que es UNO con el Padre Celestial solo en la hora del peligro o de la agonía, ¿no es mejor profundizar en lo que Él predicó y vivir conforme Sus libertarios —espiri­tual­mente hablando1— preceptos? Busquemos respuestas en el irreprochable Mentor Divino, una vez que Lo aceptamos como modelo Ecuménico, es decir, universal. Él dijo: “Pasará el Cielo, pasará la Terra, pero mis palabras no pasarán” (Evangelio, según San Lucas, 21:33).

¡Será esto una broma? ¡Es evidente que no!

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Vea “La Fórmula Urgentísima”, explicación de Alziro Zarur (1914-1979), inspirada en Evangelio de Jesús, según San Mateo, 6:33, en el volumen primero de las Directrices Espirituales de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, de autoría de Paiva Netto, en la pág. 184. El pasaje se encuentra transcrito en el libro Jesús, el Dolor y el origen de Su Autoridad, en el capítulo 10, “El Poder que nace del sacrificio”, y en el capítulo 24, “El buen vivir en sociedad”.