Depresión infantil
Una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) demuestra que, a nivel mundial, el 20 % de los niños y adolescentes presentan síntomas de depresión, como irritabilidad o apatía y desánimo.
Es un número preocupante. Saber afrontar este problema, que nunca se ha limitado a los adultos y ancianos, es una medida urgente para los padres y educadores. El programa Educación en Debate, transmitido por la Boa Vontade TV, que trata de los principales temas de la educación bajo la óptica de la Espiritualidad Ecuménica, entrevistó al Dr. Gustavo Lima, psiquiatra de la Infancia y de la Adolescencia. Él habla de algunas causas de la depresión en las primeras etapas de la vida y revela cómo detectarlas: “Primero, una investigación clínica pormenorizada. Segundo, es muy importante recordar que los trastornos afectivos en la infancia y en la adolescencia son de causa multifactorial, es decir, varios factores pueden causar la depresión: genéticos, ambientales, entre otros. Sin embargo, en nuestra práctica clínica, lo que aumenta mucho la probabilidad de que un niño se deprima son los entornos familiares y escolares desfavorables”.
Diferencia comportamental
Lo que dificulta, de cierta manera, que los padres y educadores se den cuenta de que el hijo o el alumno está deprimido es el comportamiento de esa patología entre los grupos de edad: “Diferentemente de los adultos, los niños no están deprimidos todo el tiempo. A veces, los padres no llevan a su hijo para una evaluación médica porque, en algún momento del día, él se divirtió. Y esto no significa que no esté deprimido”, aclaró el especialista.
Y advirtió: “También es necesario tener mucho cuidado con los síntomas de la ideación de la muerte, cuando vienen a la mente ideas suicidas. Cuando se está frente a un niño deprimido con estos síntomas, es muy importante una evaluación médica y un tratamiento con un psicólogo. En algunos casos, dependiendo de la gravedad, también se recurre al tratamiento farmacológico”.
Prevención
Para el Dr. Gustavo Lima —quien es miembro del Programa de Atención a Trastornos Afectivos del Servicio de Psiquiatría de la Infancia y Adolescencia, del Instituto de Psiquiatría del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la USP (Universidad de São Paulo)—, existen algunas actitudes que pueden ayudar a prevenir la depresión en los niños: “Además de un seguimiento pediátrico, el cuidado de las horas de sueño, la alimentación, un entorno familiar estructurado es fundamental. Otra cosa importante es una escuela que favorezca el desarrollo del niño, que sea capaz de identificar sus reales potencialidades. Entonces, la salud, el bienestar, los entornos familiares y escolares favorables, además de prestar atención también a cuestiones genéticas contribuyen, y mucho, para prevenir la depresión infantil”.
Por lo tanto, observemos con atención las esclarecedoras recomendaciones del Dr. Gustavo Lima. Y no nos descuidemos de proporcionar a los pequeños y a los jóvenes un ambiente sano, enriquecido por una Espiritualidad Ecuménica orientada por los mejores principios éticos. Desde temprano, debemos tener conciencia de que la oración, la meditación, la confianza en Dios o en las fuerzas de la Naturaleza son eficientes recursos para el equilibrio bio-psíquico-espiritual.
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