Globalización del Amor Fraterno
Cuando hablamos de Ecumenismo, queremos decir Universalismo, Fraternidad sin fronteras, Solidaridad internacional, ya que entendemos a la Humanidad como una familia. Y no existe una sola en que todos los hijos tengan el mismo comportamiento. Cada uno es un cosmos independiente, lo que no significa decir que esos "cuerpos celestiales" tengan que chocar unos con otros. Sería el caos. (...) Nos referimos al Ecumenismo de los Corazones, del sentimiento bueno, que independiente de las diferencias comunes de la familia humana, en que las personas razonan de acuerdo con su propia madurez, con la amplitud de su saber o de la falta de él. Aquel que nos convence de no perder tiempo en odios y contiendas estériles, pero extiende la mano a los caídos, pues se conmueve con el dolor; se quita la camisa para vestir al desnudo; contribuye con el bálsamo curativo de quien está enfermo; protege a los huérfanos y a las viudas, como nos enseña Jesús, en Su Evangelio, según San Mateo, 10:8. Quien comprende el alto sentido del Ecumenismo de los Corazones sabe que la Educación con Espiritualidad Ecuménica se volverá cada vez más fundamental para el progreso de los pueblos, porque Ecumenismo es Educación abierta a la Paz; para el fortalecimiento de una nación (no para que domine a las demás); por lo tanto, es el abrigo de un país, cualquiera que sea, y la supervivencia del planeta que nos cobija como hijos no siempre de buen comportamiento.
Basta recordar el lamentable fenómeno del calentamiento global, cada vez menos desmentido por las mayores cabezas pensantes del mundo. (...) Los vanguardistas ecológicos, políticos y científicos de punta ya buscan y emprenden soluciones prácticas para contener la contaminación que nos envenena desde el útero materno. (…)
Conforme afirmé en 1981 al periodista italiano radicado en Brasil Paulo Rappoccio Parisi (1921-2016) y reproduje en Globalización del Amor Fraterno*, nunca como ahora se hizo tan indispensable unir los esfuerzos en la lucha contra el hambre y por la conservación de la vida en el planeta. Es imperioso aprovechar el empeño de todos, ecologistas y sus detractores, como también de trabajadores, empresarios, la gente de los medios de comunicación (gráfica, radio y TV, e incluyo también Internet), sindicalistas, políticos, militares, abogados, científicos, religiosos, escépticos, ateos, filósofos, sociólogos, antropólogos, deportistas, profesores, médicos, estudiantes o no (aunque nos gustaría que todos estuvieran en el aula de una escuela), amas de casa, jefes de familia, peluqueros, manicuras, taxistas, barrenderos y demás sectores de la sociedad.
La primera mujer que fue al espacio (1963), la cosmonauta rusa Valentina Tereshkova, resumió en una frase que tiene que ver mucho con la gravedad de lo que estamos enfrentando ante el problema del calentamiento global:
— Una vez que se ha estado en el espacio, se aprecia lo pequeña y frágil que es la Tierra.
El tema se ha vuelto dramático, y sus perspectivas, trágicas. Por los mismos motivos, urge el fortalecimiento de un ecumenismo que supere barreras, aplaque odios, promueva el intercambio de experiencias que instigue la creatividad global, corroborando el valor de la cooperación socio humanitaria de las alianzas, como por ejemplo, en las cooperativas populares donde las mujeres tienen un gran desempeño, destacando el hecho de que están frontalmente en contra del desperdicio. Hay realmente mucho que aprender unos con otros. Un camino diferente comprobadamente es el de la violencia, el de la brutalidad, el de las guerras, que invaden hogares por toda la tierra.
Alziro Zarur (1914-1979), inolvidable Proclamador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, enfatizaba que las luchas por el Bien exigen coraje.
Simone de Beauvoir (1908-1986), escritora, filósofa y feminista francesa, acertó al afirmar:
— Todo éxito disfraza una abdicación.
Resumiendo: cada vez que derribamos la arrogancia y el prejuicio, habrá siempre qué asimilar de justo y bueno con todos los integrantes de esta amplia "Arca de Noé", que es el mundo globalizado de hoy. De ahí, preconizamos la unión de todos por el bien de todos, por cuanto compartimos una única morada, la Tierra. Los abusos de sus habitantes está exigiendo la providencia imperativa: o integra o desintegra (...), razón por la que debemos trabajar estratégicamente en alianzas que promuevan prosperidad efectiva para las masas populares.
Nuestro tiempo requiere, sin tardanza, que se desarrolle una real conciencia de los problemas sociales que necesitan una solución para ayer. Nunca es, o fue, suficiente subir el vidrio del auto. La necesidad de reformas golpea las puertas. Hagámosla antes que los procesos traumáticos de la sociedad exijan la actitud. Y ahí, además de los anillos, se perderán los dedos. No faltan ejemplos en la Historia.
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* Fragmento extraído del artículo "Los Ocho Objetivos del Milenio", de autoría del periodista Paiva Netto, también publicado en la revista Globalización del Amor Fraterno (alemán, español, esperanto, francés, inglés, italiano y portugués), enviada a los jefes de Estado y demás representaciones durante el High-Level Segment 2007, de la ONU, en Ginebra (Suiza).
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