Todos los días son Días del Niño
Para la Legión de la Buena Voluntad todos los días son Días del Niño. Sabemos que así también lo es para muchas instituciones públicas y privadas que se dedican al cuidado de la infancia. De esa forma, siembran en el presente el futuro de Brasil. Merecen, por tanto, ¡felicitaciones!
Si tuviéramos consideración, madurez y amor por los niños, seríamos capaces de conciliar las más diferentes aspiraciones para formar una sola disposición que dé cumplimento a la máxima orden del Cristo Ecuménico en Su Evangelio según San Juan, 13:34 y 35 y 15:12 y 13: “Nuevo Mandamiento os doy: Amaos como Yo os he amado. Solamente así podréis ser reconocidos como mis discípulos. (...) Nadie tiene mayor Amor que el que dona la propia Vida por sus amigos”.
Ellos no son bobos
Muy a propósito la siguiente pregunta que me hicieron cierta vez y a la que rápidamente respondí:
¿Por qué los programas de la Super Red Buena Voluntad de Comunicación*¹, teniendo tan elevado nivel espiritual, atraen tanto a los niños?
Justamente por esto: el elevado nivel espiritual. Esa historia de pensar que el niño no entiende las cosas es un gran disparate. Él le presta atención a todo. Principalmente ahora, en estos tiempos modernos de revolución en los medios de comunicación. El niño siempre está oyendo y participando, desde su primer llanto. Aun en el útero materno, reconoce el sonido y la luz. He ahí porqué nuestra programación radial y televisiva cuenta siempre con la simpatía de los Soldaditos de Dios, como cariñosamente les llamamos aquí. Ellos perciben la grandeza del mensaje universalista de la Religión Divina.
El que piensa que un niño es bobo, él es el bobo. Parte de los adultos, aun, continúan sordos, insensibles a las enseñanzas que, de tan elevado tenor espiritual, llegan naturalmente de la sabiduría de un niño...
Pero, gracias a Jesús, persisten en este mundo aquellos que les dan la merecida atención.
El poeta brasileño Casimiro Cunha (1880-1914) – que era ciego de los ojos físicos, pero que veía bien lo que no puede dejar de verse –, en la página “El Niño”, contenida en “Cartas del Evangelio”, obra psicografiada por el inolvidable médium brasileño Chico Xavier (1910-2002), declama:
El corazón del niño/ Es como un lirio de luz./ Cultiva esa flor sagrada/ Para el jardín de Jesús.
En el recomienzo de la vida,/ El amor puede trabajar,/ Renovando los sentimientos/ En el templo de luz del hogar.
Ofrece a la infancia el cariño/ Da tu comprensión,/ Condúcela hacia el Cristo,/ Modelo del corazón.
Cesada la infancia, que es día/ De luz y espontaneidad,/ Las almas vuelven, de nuevo,/ A las luchas de la humanidad.
Educa a tus pequeñitos/ Quien no aprende del amor/ Recibe la lección amarga/ De la experiencia del dolor.
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*¹ Super Red Buena Voluntad de Comunicación — Creada por Paiva Netto, está formada por radio, TV, internet y publicaciones.
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