Dios es Ciencia
Lo que viene de Dios es Ciencia. Hace tiempo, comentamos que todas las ramas del saber universal son partes de la Ciencia Divina. Como veremos en otra oportunidad, Religión es Ciencia, Ciencia es Religión, porque ambas deben honrar a la ciencia moral, que tiene el más elevado respeto por las criaturas, sin considerarlas instrumento de fanatismo ni insignificantes conejillos de indias. El pensamiento altamente sectario, que todavía hace infelices a tantas personas, mantiene rencores que ensombrecen los ojos del alma de geniales intelectuales que unidos podrían hacer mucho más por los pueblos sedientos de un mundo mejor, de quienes tanto ellos necesitan. Es fundamental apartar el tabú de que la fe religiosa está limitada a los tontos y radicales y la ciencia sea reducto sólo de los que poseen el intelecto aguzado a pesar de que están distantes del sentimiento que une a la razón con el Espíritu inmortal. Es importante resaltar que la racionalidad en demasía, sin el amparo del corazón, promueve, por ejemplo, soluciones económicas que a unos benefician y a otros destruyen.
En la Dialéctica de la Buena Voluntad, 1987, escribimos: Mucha aberración catalogada en la Historia como de la autoría del Creador del Universo solo son proyecciones del dios antropomorfo, generado por el hombre para sacar provechos. Por lo tanto, son las propias deficiencias humanas, elevadas a la condición de divinidad.
La existencia terrena particulariza la renovación constante. El desenlace de los hechos asusta a algunos, los simples – ante la Espiritualidad Superior o la Solidaridad sin fronteras – los encajarán de forma perfecta.
Verdad verdadera
Meditando sobre el urgente papel de la Ciencia para deslindar nuestra vida incorpórea, es necesario comprender que, mientras que algunos investigadores niegan una realidad, aferrados a los parámetros que juzgan incuestionables, sus puntos de vista, tal vez prematuros, pueden convertirse en una verdad irrefutable para los que consideran su palabra como instancia de último recurso, causando los más terribles prejuicios al progreso, hasta que la propia Ciencia, apoyada en nuevos fundamentos, los desmienta. Es evidente que no es la ciencia quien se contradice, sino algunos de sus partidarios, por muy bien evaluados que sean en la opinión de sus colegas. En cierta ocasión, en una conferencia, el 29/10/05, expusimos que la Ciencia es infalible, los científicos no.
Él no era loco
Señalo, como ejemplo, el concepto revolucionario del sabio británico Sir Gilbert Thomas Walker (1868-1958), con su “Oscilación Sul” o “Columpio Intrigante”. Su descubrimiento modificó la comprensión acerca de los efectos de El Niño en el Planeta Tierra. No obstante, inmediatamente fue rechazado por sus contemporáneos. Sin embargo, actualmente, según el Dr. Matt Huddleston, del Centro Hadley, Departamento de Meteorología del Reino Unido, “lo increíble sobre el trabajo de Gilbert Walker es que fue una de las primeras personas que en el campo de la meteorología pensó en grande, que unió los patrones de tiempo de continentes diferentes. (...)Sus grandiosas ideas se criticaron en la época, porque las personas no entendían que el tiempo y el clima de un área podían estar ligados a otra parte del globo. Y, realmente, eso lo perjudicó”.
Fueron muchas las ironías de las que fue víctima Gilbert, de parte de sus colegas. Más tarde, se confirmó que tenía razón. De loco, Walker no tenía nada. Los otros eran los distraídos.
Bien, ¿quién determina que la verdad es verdadera? (risas). Los investigadores, que mañana estarán rectificando sus conceptos antes apreciados por ellos como cláusula piedra, ¿o la modestia exigida por la sabiduría? La erudición, cuando está realmente acompañada por una vasta experiencia y postura humilde ante la verdad, jamás se precipita, no acepta radicalismos ni sugiere que la ciencia alcanzó la cima en su misión, incluyendo el hecho de que el Ser Humano no logró usar una parte significativa de su propia capacidad mental. La isla no puede evaluar, en toda su extensión, al continente.
Los comentarios no representan la opinión de este site y son de responsabilidad exclusiva de sus autores. No se permite la publicación de materiales inadecuados que violen la moral, las buenas costumbres y/o los derechos de terceros. Más información en Preguntas frecuentes.
Mexico