Solidaridad: la razón y el corazón de la Economía
La 61ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW, siglas en inglés), realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), presenta para su debate un importante tema ante los innumerables desafíos que la Humanidad enfrenta: “El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo”. En principio, me gustaría saludar a todas las delegaciones internacionales, a las autoridades y a los participantes que, en Nueva York, EUA, discuten sobre este tema fundamental, y desearles un productivo evento.
Mi especial saludo al recién electo Secretario General de la ONU, Dr. António Guterres. Nosotros, en la Legión de la Buena Voluntad (LBV), —Institución que en 1994 empezó a formar parte del Departamento de Información Pública (DPI) y que tiene estatus consultivo general en el Consejo Económico y Social (ECOSOC), desde 1999— lo felicitamos por la nominación. Y, en esta oportunidad, le enviamos nuestros votos para el pleno éxito al frente de las Naciones Unidas, particularmente en estos decisivos tiempos de múltiples demandas globales.
Es un gran honor para la LBV poder contribuir con este encuentro internacional, desde hace más de dos décadas. Para nosotros, la mujer es la verdadera estructura de las civilizaciones, cuando está realmente integrada en Dios o en los más sublimes ideales que honran a la raza humana. Es decir, aunque no crea en la existencia del Madre-Padre Celestial, ella entusiasma a las naciones al transformarse en el ariete de los más nobles sentimientos que nacen de su
corazón, tal como la Caridad, la Solidaridad, la Fraternidad, la Generosidad. Ellas deben ser las protagonistas de la construcción de un modelo económico en que los más elevados valores del Alma sean la base de las interacciones humanas.
Si tratamos aquí el tema de la urgencia de que a la mujer se le proporcione el empoderamiento económico, es porque debemos extirpar, de una vez por todas, la discriminación contra ella en el acceso a las mismas oportunidades de desarrollo que los hombres reciben en el ámbito del trabajo. No podemos aceptar más los impedimentos que las mujeres encuentran en este campo, generando atraso en la lucha por la igualdad de género y por la erradicación de la pobreza. ¿Cómo imaginar la efectiva elaboración de políticas públicas, mientras todavía se deja en un nivel económico inferior a la mitad de la población mundial? ¡Es un contrasentido!
El milagro de las amas de casa
La sabiduría de las mujeres no puede ser despreciada, principalmente cuando se trata de la administración de los bienes planetarios. En este sentido, me gustaría recordarles lo que afirmé hace décadas: Ningún hombre realiza lo necesario y legítimamente valioso en favor de la Paz si no tiene, de un modo o de otro, la inspiración femenina, sobre todo en el campo de la Economía, que no puede desconocer el espíritu de Solidaridad. No hay mejor financista que la madre de familia, el ama de casa, que tiene que cuidar de su muchas veces minúsculo presupuesto, realizando verdaderos milagros, de los que todos somos testigos, desde el más influyente Ministro de Finanzas al ciudadano más simple. Es notorio que la acción de la mujer es fundamental para aplicar esa ciencia o arte en que la distribución de los recursos y de las fuentes de renta no excluya a ninguna hija o hijo de este gran hogar llamado Tierra.
Exaltar el aspecto cordial de la economía
Un camino económico en que todos obtengan beneficios no es un pensamiento idealista. Siempre un buen fi puede surgir cuando los individuos se empeñan lealmente en él. Muy a propósito este ilustrativo aforismo del padre portugués Manuel Bernardes (1644-1710), autor de Pão partido em pequeninos:
—Con una buena regulación, lo poco puede hasta bastar para muchos; sin ella, ni a pocos alcanza lo mucho. Todo exceso en los individuos, causa penuria en la comunidad. De dos que están en el mismo lecho, si uno atrae para sí mucho la colcha, es forzoso que el otro quede descubierto.
De ninguna forma estoy proponiendo que las migajas que caen de las mesas con abundancia sean la base de la existencia de los que viven en la miseria. No hablo de sobras, sino de la conciencia honesta que no puede eternamente admitir que su bienestar se establezca sobre el hambre de los desheredados. Esto es el Evangelio puro de Jesús; es la esencia del mensaje de los Sagrados Libros y de la Regla de Oro de las más diversas culturas; es la voz de tantos notables, religiosos o ateos, que no pueden concebir que en el tercer milenio aún haya poblaciones sometidas a la pobreza en un planeta construido por la Bondad de Dios.
Hay algo equivocado en la economía vigente: junto a su aspecto racional tiene que estar el cordial, es decir, la inteligencia del corazón. En algún momento no muy distante —esperamos que así sea— los jefes del capitalismo, que siempre se destacaron por el espíritu “pragmático”, percibirán que la globalización derrumbará toda especie de barreras que les servían de defensa.
Desafiando el tabú individualista
Entre tantos casos que ilustran la necesidad de ese espíritu solidario en las civilizaciones, es oportuno resaltar el brillante trabajo de la Dra. Elinor Ostrom (1933-2012), hasta el momento la única mujer que recibió el Premio Nobel de Economía. Fue galardonada junto a Oliver Williamson en 2009 por sus análisis de la gobernanza económica.
La inolvidable profesora de la Universidad de Indiana, EUA, tuvo que vencer los prejuicios académicos contra la mujer para graduarse en Ciencias Políticas. De origen humilde, se interesó por estudiar la organización de comunidades con el objetivo administrar recursos comunes, como por ejemplo de las áreas forestales y de pesca. Ella creía que las personas por sí solas alcanzarían formas racionales para sobrevivir y convivir bien. Sería posible establecer lazos
de confianza entre los individuos y desarrollar reglas de acuerdo con las particularidades de los sistemas ecológicos, con el fi de que hubiese cuidado y provecho colectivos de los bienes disponibles. Esto fue en contra de la teoría económica en vigor, llamada “tragedia de los comunes”, basada en una visión de que el ser humano egoísta llevaría a la ruina los recursos naturales.
Y las extensas investigaciones de campo que ella realizó en las forestas de Nepal, en los sistemas de irrigación de España, en las villas montañosas de Suiza y de Japón, o en las áreas de pesca de Indonesia, entre otros lugares, mostraron que es posible tener una convivencia armoniosa y un uso responsable de las condiciones que la Naturaleza ofrece. Se verificó que no se podría reducir a las personas al beneficio de buscar tan solo el máximo de ganancias individuales. No obstante, se debe comprender que la vida está compuesta por objetivos más amplios, y que la ayuda mutua se presenta como un punto necesario del Alma humana. En un artículo científico, de junio de 2010*1, la Dra. Ostrom concluyó:
—Por casi todo el siglo pasado, analistas de políticas públicas han postulado que el gran objetivo de los gobiernos es proyectar instituciones para forzar (o empujar) a individuos completamente egoístas a alcanzar mejores resultados. Extensa investigación empírica me lleva a argumentar que, por lo contrario, el principal objetivo de las políticas públicas debe ser facilitar el desarrollo de instituciones que despierten lo mejor de los seres humanos. Necesitamos preguntarnos cómo variadas instituciones policéntricas ayudan o impiden innovación, aprendizaje, adaptación, integridad de carácter, niveles de cooperación de los participantes, así como la conquista de resultados más efectivos, equitativos y sostenibles, en escalas múltiples. (Lo destacado es nuestro).
Nada mejor que creer e invertir en el potencial divino de los seres humanos. Cuando la razón se une al corazón (sentimiento)*2, las soluciones fraternas le dan a la vida la tan soñada felicidad, que solo puede ser verdadera si hay alimento, material y espiritual, en el plato de todos. No nos cansamos de afirmar: nacemos en la Tierra para vivir en sociedad, Sociedad Solidaria Altruista Ecuménica; por lo tanto, sostenible.
El alma es la generadora de todo el progreso
Por este motivo, escribí en el periódico Folha de S.Paulo, del 7 de septiembre de 1986, fecha nacional de Brasil, en mi artículo “Independencia”: (...) El ser humano, con su Espíritu Eterno, es el centro de la Economía, la generadora de todo el progreso. Sin él, no hay trabajo ni capital. Precisamos finalmente caminar más adelante y decir que el Espíritu Eterno, que habita el cuerpo humano, él sí, es la medida de todas las cosas, porque es Ciudadano Celestial.
La riqueza de un país está en el corazón de su pueblo. Sin embargo, naciones enteras aún sufren miseria. Conviene recordar que las barrigas vacías y los Espíritus frustrados generalmente no están dispuestos a oír.
Leyes de la economía divina
Ante esa comprensión abarcadora sobre el ser humano y su papel en el mundo, defendemos la Economía de la Solidaridad Espiritual y Humana, propuesta que lancé hace décadas. La que se sitúa también con la que los hombres discuten tanto, y respecto a la cual afirman una cosa hoy y la desdicen mañana, llevando a generaciones a la desesperación. Preconizamos que la Solidaridad se expandió del luminoso campo de la Ética y se convirtió en una Estrategia de la Supervivencia, por encima de leyes y de modelos económicos hasta ahora descubiertos y muchas veces empleados de modo poco apreciable por nosotros, los seres humanos. Discurrimos sobre conceptos que preexisten a la creación del mundo, que son los de las Leyes de la Economía Divina, que tratan de igualdad de géneros, porque se destinan a la esencia inmortal de las hijas y de los hijos de los universos.
Libres de cualquier sectarismo, mucho podemos aprender con las innumerables enseñanzas de Jesús, que conmueve hasta hoy a los más pétreos corazones con Su preocupación social por cuidar las necesidades, del cuerpo y del Alma, de Sus semejantes. Vimos esto cuando Él alimentó a la multitud que Lo acompañaba, a partir de solo cinco panes y dos peces (Buena Nueva, según San Juan, 6:5 al 15). Y el Cristo Ecuménico, el Excelso Estadista, nos dejó el secreto de esa postura espiritual y humanitaria:
—Buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas las cosas materiales os serán añadidas. Jesús, (San Mateo, 6:33).
Cuando nos disponemos a meditar sobre esa Fórmula Económica del Cristo, estaremos integrándonos en la Competencia de Dios, criaturas de Él somos. Todo lo que se relaciona con producción y distribución de renta está en esa “Fórmula Urgentísima”, conforme el inolvidable fundador de la LBV, Alziro Zarur (1914-1979), denominó al referido versículo bíblico. El resultado de la aplicación de esa sabiduría, “del Reino de Dios y Su Justicia” — es decir, del pleno conocimiento de las Leyes Espirituales que rigen la vida en el Cosmos, capaz de convertir a la Humanidad más humana y más espiritualizada—, es justamente abrir nuestra cabeza para que esa Divina Competencia se establezca en nosotros. Y así no nos aprisionaremos a la visión restrictiva de la escasez de recursos, de bienes, de oportunidades de empleo, ni a cualquier otra cosa. De esta forma, permitiremos que los ilimitados valores del Espíritu, tales como el Amor, la Solidaridad, la Generosidad, el Altruismo, la Fraternidad, constituyan las características para las soluciones de todos los problemas socioeconómicos que afligen a los pueblos, las cuales resultarán del esfuerzo conjunto de las criaturas esclarecidas por ese Infinito Saber.
En mi libro Cómo Vencer el Sufrimiento (2017), ponderé: El Amor que se comparte se multiplica en quien lo divide. He aquí la Economía Ecuménica, por lo tanto, Solidaria y Altruista, fórmula según la cual cuanto más se dona, más se recibe. Aquí está el móvil perpetuo para impulsar la vida en comunidad.
Oración, trabajo y paz
Mi hijo más pequeño, hoy adolescente, desde niño, al decir con nuestros familiares y amigos una breve oración en la mesa antes de las comidas, conmueve a todos con un sencillo mantra, que podría resumir grandes compendios de sabiduría, aquella que comparte Solidaridad sin fronteras de ninguna especie. Exclama el jovencito:
—Dios, ¡Te pido que no falte la comida en el plato de nadie ni en el nuestro!
En ocasión de la 61a Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, considero muy valioso invocar análoga súplica a los Poderes Celestiales: ¡Que no le falte el decente medio de ganar su sustento a ninguna mujer, niña, ni al dedicado trabajador ni a nuestros familiares! ¡Amén!
Hagamos juntos esa oración, pero con la firme esperanza de que ese “así sea” encuentre, en los planes de gobiernos del mundo, acertadas providencias que atiendan las urgentes necesidades de las poblaciones.
Seres humanos bien empleados y debidamente valorizados en sus esfuerzos son garantía de Paz y de sostenible progreso para todos.
Secretario General de la ONU agradece las felicitaciones de Paiva Netto
Los editores
El Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad, José de Paiva Netto, el 14 de noviembre de 2016 recibió una correspondencia oficial del equipo del nuevo Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, en la que expresa su agradecimiento al dirigente por la carta enviada al diplomático portugués con los mejores deseos de éxito en el desempeño del cargo máximo de la ONU.
En el mensaje, fimado por Kyung-wha Kang, asesora especial en Política del gabinete del Secretario General, consta:
“Estimado Director Presidente,
Permítame agradecer, en nombre del Secretario General designado, António Guterres, vuestras gentiles palabras de felicitaciones. Es con gran honor y con sentido de responsabilidad que él asumirá sus nuevas funciones.
La Legión de la Buena Voluntad es una organización de la sociedad civil que trabaja en alianza con las Naciones Unidas desde hace mucho tiempo. Su misión de incentivar la vivencia de valores, con el fin de crear una sociedad más justa y solidaria, es más que nunca de gran relevancia global. Sus iniciativas buscan mejorar la situación de personas con bajos recursos económicos en diversas áreas, tales como educación y desarrollo socioeconómico, lo que representa una gran contribución para la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su meta de erradicar la pobreza hasta el año 2030.
Contamos con la Legión de la Buena Voluntad para trabajar junto a las Naciones Unidas en la búsqueda de soluciones a los desafíos globales más urgentes de la actualidad”.
Cabe mencionar que antiguos lazos unen a esas dos tradicionales Entidades, que actúan bajo las banderas de la armonía entre las personas y entre las naciones, y del progreso sostenible, desde sus respectivos orígenes, en la década de 1940.
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*1 OSTROM, Elinor. “Beyond Markets and States: Polycentric Governance of Complex Economic Systems”, en American Economic Review, 100, Junio de 2010, p. 24. Acceder a: http://www.aeaweb.org/articles.php?doi=10.1257/aer.100.3.641
Nota de Paiva Netto
*2 Unir cerebro y corazón: Aprovecho para explicarles que el uso de los términos “cerebro” y “corazón” en mis escritos se da por la necesidad de evidenciar un simbolismo esencial a la claridad de lo que les presento, de modo que estén nítidamente expresadas dos de las condiciones más importantes del Alma: pensar y sentir, o, en el orden moral más perfecto, sentir y pensar. Yo podría exponer que, siendo la mente el contacto principal del Espíritu con el cuerpo, en ella estaría el centro del pensar y del sentir (amar). No obstante, busco una forma más simple de comunicarme con ustedes, utilizando tal analogía.
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