El crack y la mujer
De acuerdo con una reciente investigación del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), el número de personas adictas al crack, en Brasil, supera la impresionante cifra de un millón de usuarios. Especialistas en salud comparan la epidemia del sida en África con la del crack en nuestro país. Otro dato alarmante es la edad promedio de los que lo experimentan por primera vez: 13 años. Sin embargo, se engaña quien piensa que solamente las clases sociales en situación de pobreza están a merced de este peligro mortal. La droga también está presente, de modo devastador, en las clases sociales más ricas.
La desastrosa conmoción física y mental provocada por la piedra de crack se presenta en la primera ocasión cuando se enciende la pipa artesanal — podría decirse infernal —, pues no arruina solo la vida del consumidor, sino la de toda la familia. La ilusoria sensación de bienestar y de euforia está trágicamente evidenciada por la progresiva degradación del cuerpo y del Alma de los dependientes.
Según la Dra. Solange Nappo, investigadora del Centro Brasileño de Información sobre Drogas Psicotrópicas (Cebrid), "al inicio de la entrada del crack en Brasil, más precisamente en São Paulo, el perfil del usuario era del sexo masculino; la presencia de mujeres era puntual, algo rara. Al principio de la década del 2000, empezamos a recibir indicios e información de los propios usuarios de que las mujeres se adhirieron a la cultura del uso del crack".
En una entrevista en el programa "Sociedad Solidaria", transmitido por la Buena Voluntad TV (canal 23 de SKY), la Dra. Solange comentó que el hecho de que la mujer se transformara en consumidora del estupefaciente cambió toda la dinámica de la adicción. "El usuario masculino se convirtió, en general, en un transgresor. Él roba para comprar la piedra. No es un profesional del crimen. Ante esto, con su inexperiencia, es fácilmente apresado y acaba creando un problema para el tráfico, que pierde un cliente potencial, en la mayoría de los casos deudor de la droga que consume. Cuando la mujer se incorpora al submundo del crack, ella pasa a ser línea de frente, pues el riesgo de ser apresada es bastante menor. En vez de robar, ella va a vender su cuerpo", explicó.
CONTAMINACIÓN POR EL VIH
Para agravar la situación, la mujer, al prostituirse con el fin de conseguir la droga, se convierte en foco de enfermedades sexualmente transmisibles, principalmente del virus VIH. Sobre eso, aclaró la Dra. Solange: "Una mujer que se prostituye debido a la compulsión por la droga, lo hace sin protección, a cualquier hora y en cualquier lugar. No está en un lugar esperando que alguien pase. Ella va en busca de ese compañero en la tentativa de que él, rápidamente, le proporcione el dinero que le posibilitará comprar la piedra de crack. Sin hablar de las que quedan embarazadas sin ninguna estructura para ser madre. Esta situación de vulnerabilidad le ocasiona a la mujer complicaciones físicas, psíquicas y orgánicas de todo tipo. Cuando la mujer entra en esa cultura, lleva consigo un problema social enorme. De un grupo de 80 mujeres que entrevistamos, por lo menos el 40% de ellas eran portadoras del VIH".
Gracias, Dra. Solange, por las elucidaciones. Es una triste realidad que no puede ignorarse. Además de las imprescindibles políticas públicas de lucha contra el crack, urge fortalecer, con la Espiritualidad Ecuménica, los valores de la Familia. Es en ella que se encuentra la solución de muchos de los problemas que hoy afligen a la Humanidad.
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