Día Mundial del Riñón
En todo el mes de marzo, mundialmente se conmemora el Día del Riñón. La iniciativa tiene como prioridad la prevención de la Enfermedad Renal Crónica (ERC), ofreciendo información sobre la importancia del diagnóstico precoz y los cuidados relacionados con los factores de riesgo, entre ellos la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la obesidad, el tabaquismo y la presencia del histórico familiar de enfermedad renal.
Según la Sociedad Brasileña de Nefrología (SBN), en el 2015, más de 1,5 millones de personas estuvieron en terapia renal sustitutiva (Diálisis Peritoneal, Hemodiálisis o Trasplante Renal), de los cuales 100 mil solo en Brasil.
El Dr. Daniel Rinaldi dos Santos, expresidente de la SBN, resaltó que, “mediante exámenes extremadamente sencillos, usted logra detectar precozmente si es portador de alguna alteración renal y puede tomar medidas preventivas para evitar la evolución de la enfermedad”. Por lo tanto, no dejemos para mañana providencias que pueden impedir graves problemas.
En 2014, al comentar la campaña de concientización de la SBN realizada en ese año, pero que continúa con su mensaje siempre actual, el conocido nefrólogo afirmó: “Una de las cosas que el equipo de la Sociedad Internacional [de Nefrología] está preconizando es que se conmemore el Día Mundial del Riñón ¡bebiendo un vaso de agua! Una forma de recordar que el agua es buena para los riñones. ¡Vamos todos a brindar con un vaso de agua!”.
Para más información, acceda a www.worldkidneyday.org.
Salud material y espiritual
Los riñones deben tratarse muy bien. De su buen funcionamiento depende la salud general del organismo. Al filtrar la sangre, eliminando sus impurezas, se convierte en un aliado indispensable del corazón que, a su vez, hace que el fluido vital circule por el cuerpo.
No es por casualidad que esos dos órganos están mencionados destacadamente en las Sagradas Escrituras. En el Apocalipsis de Jesús, 2:23, tenemos el famoso pasaje en el que el Médico Celestial declara: “Todas las iglesias conocerán que Yo soy el que escudriño los riñones y los corazones. Y retribuiré a cada uno según sus obras”. Él conoce bien nuestro interior y los procesos con los que nos intoxicamos y desintoxicamos, porque los riñones (como de cierta manera el hígado) son los filtros del cuerpo. Espiritualmente hablando, sucede lo mismo.
Es posible observar que el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, nos evalúa de acuerdo con lo que producimos, de bueno o de malo, resultante de nuestras emociones (corazón) y pensamientos (riñones). Sin embargo, está sobrentendido también que la calidad de la salud será un reflejo del tratamiento dado a esa admirable ingeniería fisiológica (cuerpo humano) que sirve al Espíritu de instrumento para su evolución en la Tierra.
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