El Amor es el Eslabón Encontrado
El Amor es la suprema definición de la Divinidad. Es el eslabón perdido que el ser humano busca en la inmensidad del estúdio científico, que, para progresar más rapidamente en el ámbito social, tiene que hermanarse a la Fe sin fanatismos, con el fin de encontrar ese eslabón. ¡Desde hace mucho tiempo considero que la Ciencia (cerebro, mente), iluminada por el Amor (Religión, corazón fraterno), eleva al ser humano a la conquista de la Verdad!
¿Y qué más es el Amor?
El Amor es el gran campeón de las más difíciles luchas. Supera todos los sufrimientos. El Amor es Dios. Siendo así, intensifica su actitud alentadora cuando el desamparado o el ser amado necesita auxilio.
El Amor no pide para sí mismo.
El Amor ofrece la ayuda que el desamparado suplica.
El Amor, con delicadeza, atiende incluso la súplica que no se expresa abiertamente.
El Amor no desampara, pues ayuda siempre. Nunca trae destrucción. Propicia la Paz.
El Amor no enferma. Él se renueva para recuperar al enfermo del cuerpo y/o del
Alma. No promueve el hambre. Por lo contrario, proporciona el alimento.
El Amor instruye y libera, porque reeduca y espiritualiza.
El Amor no constriñe, porque confía. Por ese motivo, poetizó Rabindranath Tagore (1861-1941), famoso poeta y filósofo hindú, amigo de Gandhi (1869-1948):
—¡Oh, Dios! Tu Amor libera, mientras que el amor humano aprisiona.
El Amor es todo: la maravilla de la existencia, pues aparta el temor.
El Amor, cuando es verdadero, siempre triunfa, ya que no oprime nunca. En fin, el Amor gobierna, porque es Dios, pero con justicia.
El Amor es el Eslabón Encontrado*.
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* El Eslabón Encontrado: Aquí, el autor hace una antítesis al “eslabón perdido”, expresión utilizada, en 1851, por Charles Lyell (1797-1875), mentor de Charles Darwin (1809-1882). Más conocido como “fósil de transición”, en Paleontología, dice respecto al organismo que reúne características de sus descendentes y antecesores evolutivos, preservadas en el registro fósil. En la investigación de la historia evolutiva de los seres humanos, se busca el “fósil de transición” entre el mono y el hombre. Algunos fósiles de homínidos han sido estudiados, y el más famoso es Lucy, un ejemplar de la especie Australopithecus afarensis. La búsqueda prosigue, y otros homínidos fueron descubiertos después de Lucy. Sin embargo, aún no se tiene la seguridad de que sean el “eslabón perdido” de ese árbol filogenético, al que pertenecemos.
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