La Navidad de Jesús y los Derechos Humanos
La Navidad no es época de olvidar los problemas, sino, de pedir inspiración divina para solucionarlos. Ahora más que nunca, su ambiente debe ser el de la fraternidad, imprescindible para que de hecho surja la ciudadanía planetaria, que positivamente sepa defenderse de la explotación mundial endémica. No solo el cuerpo se enferma, la sociedad también.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos completa el día 10 su 64° aniversario. En apoyo a tan significativo acontecimiento, presento fragmentos de conferencias que proferí, algunos de ellos reunidos en “Dialéctica de la Buena Voluntad” (1987) y “Manifiesto de la Buena Voluntad”, de 21 de octubre de 1991, cuando puse la piedra inaugural del ParlaMundi de la Legión de la Buena Voluntad, en Brasília, en presencia de alrededor de 100 mil personas.
Mucho se avanzó desde la promulgación de la Magna Carta. Aunque, hay mucho que hacer para impedir que, en pleno siglo XXI, mujeres, niños y niñas sigan siendo vendidos como mercancía; que niños estén trabajando en hornos de carbón o en otras actividades en condiciones inhumanas; o que se queden ciegos por falta de vitamina A. Sin contar la tortura institucionalizada que se disemina por el planeta. Sin embargo, ¿qué tormento mayor que el hambre, además de las multitudes de analfabetos o semianalfabetos, de los que la perspectiva de una existencia decente se mantiene distante?
Ley de la solidaridad universal
Frente a la insensatez humana, vislumbramos en la vivencia del Mandamiento Nuevo de Jesús, el denominador común que uniendo fraternalmente es capaz de iluminar los corazones. Es la religión de la amistad, del buen compañerismo, destacado por San Juan Evangelista, en el Apocalipsis (1:9). Es la ley de la solidaridad universal, por lo tanto espiritual, moral y social. Giuseppe Mazzini (1805-1872), patriota y revolucionario italiano aseguró: “La vida nos fue dada por Dios para que la empleáramos en beneficio de la humanidad”. Y Augusto Comte (1798-1857), el filósofo del Positivismo, concluía: “Vivir para los otros es no solamente la ley del deber, sino también la ley de la felicidad”.
El amor es esencial, comenzando por los gobernantes. Que lo digan los que sufren violencia.
Deberes de ser humano y de ciudadano
En el Sermón de la Montaña de Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, (Evangelio según San Mateo, 5:1 al 12), vemos la exaltación a los bienaventurados. Aquellos que comprendieron a lo largo de las eras que cumpliendo con sus deberes de ser humano y de ciudadano tienen plenamente garantizados sus derechos en una esfera que no todos aún pueden concebir.
Los Derechos Humanos en el ParlaMundi
El 24 de octubre de 2008, en ocasión de las conmemoraciones del 19° aniversario del Templo de la Buena Voluntad (TBV), en Brasília, Brasil, la Dra. Monica Sharma, directora de Formación de Capacidades y Liderazgo de la Sede de las Naciones Unidas (ONU), participó en el evento en homenaje a los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que formó parte de la Semana de Espiritualidad, Valores e Intereses Globales promovida en la sede de la ONU — institución donde la LBV tiene estatus consultivo general en el Consejo Económico y Social (ECOSOC). En esa oportunidad, fue recibida por el Coro Ecuménico Infantil y a continuación, visitó los ambientes del Templo de la Paz y del ParlaMundi, lo que consideró “un espacio para el coraje y la compasión, que todos necesitamos manifestar”.
En el lugar, conectándose por videoconferencia a integrantes de la comunidad internacional en el auditorio Labouisse Hall, en el edificio de Unicef, en la sede de la ONU en Nueva York/Estados Unidos, la Dra. Monica dio una conferencia sobre el tema “Cómo la Espiritualidad y la Conciencia pueden ayudar a hacer efectivos los Derechos Humanos”.
Al visitar el Instituto de Educación de la LBV, en São Paulo, la Dra. Monica, con quien tuve el placer de hablar por teléfono, escribió en el libro de visitas:
“Esta educación es tan completa – una aproximación holística:
“– De los jóvenes miembros de nuestra familia global para la juventud;
“– De la escuela para el hogar y la familia;
“– De aprender matemática y ciencias;
“– ¡De la creatividad en la música y el equilibrio en el karate!
“¿Cómo podemos hacer de esto un movimiento mundial? Respetando los valores profundos de cada religión y aprendiendo a ‘amar en acción’”.
He aquí por qué pugnamos por Educación y Cultura aliadas a la acción iluminadora de la Espiritualidad Ecuménica, para que se haga la síntesis sublime entre las luces del intelecto y el Sol del Saber Espiritual.
Los comentarios no representan la opinión de este site y son de responsabilidad exclusiva de sus autores. No se permite la publicación de materiales inadecuados que violen la moral, las buenas costumbres y/o los derechos de terceros. Más información en Preguntas frecuentes.