El noble destino de un cristal
El primero de junio de 1989 se colocó el Cristal Sagrado en el pináculo del Templo de la Buena Voluntad (TBV), una de las Siete Maravillas de Brasília/DF (Brasil), ese hecho se dio unos meses antes de su inauguración, el 21 de octubre. La idea de una piedra en la cima del monumento formaba parte de los planos iniciales. Esta traería la luz del sol al interior de la Pirámide de Siete Caras, elevando el ambiente y permitiría, como tantos lo afirman, la cromoterapia. Los días pasaban rápido y no encontraban el mineral en la proporción correspondiente al lugar destinado para ello.
El Designio Divino
¿Cómo resolver esa dificultad? El Designio Divino tenía la solución para la difícil tarea. El 16 de marzo de aquel año, al regresar de Brasília, donde estuve acompañando la construcción del Templo de la Paz, como también se conoce al TBV, vi un reportaje en un noticiero.
Así ocurrió: estaba en mi despacho en la ciudad de São Paulo (Brasil). Era tarde por la noche. Encendí la televisión en la antigua TV Manchete. El noticiero ya estaba por la mitad. ¿Qué sucedió? Vi rápidamente el mineral y a la gente diciendo que aquel era el mayor cristal puro del mundo. En aquel momento, llamé por teléfono al estimado Haroldo Rocha, el responsable, en esa época, por la LBV en la capital de la República Federativa de Brasil, y le dije: ─“Haroldo, acabo de ver esto en la TV Manchete. Ve a buscar esa piedra, por favor. Si no la traes, no vuelvas (risas). Vuelve, pero tráela, porque eso es lo que estamos buscando”. A la mañana siguiente, los medios de comunicación publicaron muchos artículos sobre el tema.
Haroldo, entonces, se dirigió a Cristalina, Goiás, Brasil. Pasó todo el día allí. Había muchos extranjeros en el lugar. Todos querían el gran cuarzo. Pacientemente, esperó su turno. Al final de la tarde, pudo hablar con el minero Chico Jorge sobre la necesidad de llevar la piedra, que sería colocada en un lugar especial. Le describió el Templo de la Buena Voluntad en construcción. Fue cuando, acercándose a ellos la esposa del minero intervino: “Chico, vas a darle esa piedra al Templo, porque yo soy oyente de la radio de la LBV y me gusta mucho”. En resumen, así fue. Haroldo regresó, trayendo la piedra que se encuentra hoy gloriosamente enclavada en el pináculo del TBV. Lo curioso en esa historia es que, aquella semana, la mujer del minero, la Sra. Maria de Lourdes, recordó un sueño en el que el marido encontraba una piedra que tendría un noble destino. Al ser colocado en la cima de la pirámide de la LBV, ese lindo cristal comenzó a irradiar la luz del Amor de Dios, fortaleciendo, aún más, la vocación mística de la capital brasileña.
Al matrimonio Chico Jorge y Maria de Lourdes*, la gratitud de los millones de peregrinos que, al entrar en la nave del Templo de las Almas Benditas, de los Espíritus Luminosos, se benefician de la fuerte energía esparcida por el Cristal del Templo de la Buena Voluntad.
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* Chico Jorge (1927-1996) y Maria de Lourdes Loureiro dos Santos (1938-2020).
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