Jesús, la Eterna Certeza que no frustra
Jesús es la Eterna Certeza que no frustra a los que en Él depositan su Esperanza, y mucho más: su Confianza. Como podemos leer en el Libro de los Salmos, 2:12: “Bienaventurados son los que confían en Él [el Hijo del Señor]”.
Y esa magnífica ventura está al alcance de todas las manos heridas por las luchas de la vida humana. Tenemos para nosotros ese bálsamo divino, asegurado por el Maestro de los maestros: “Vengan a mí todos ustedes, los cansados y oprimidos, que Yo los haré descansar. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy pacífico y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus Almas; porque mi yugo es fácil, y mi carga es liviana” (Evangelio, según San Mateo, 11:28 al 30).
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