La Misión de los Setenta y la Lección del Lobo (Apéndice)
Me sentí honrado y feliz con la repercusión, en la revista ¡JESÚS ESTÁ LLEGANDO!, de la serie "La Misión de los Setenta y la Lección del Lobo”. Como estos modestos análisis fueron bien recibidos por el público, a pesar de haber finalizado el tema en la edición anterior, consideré oportuno transcribir algunos puntos más que fueron transmitidos, aunque no habían sido incluidos en la publicación los comentarios que había estado haciendo al respecto del capítulo 10 del Evangelio de Jesús, según San Lucas. Es una forma de rendir homenaje y agradecer la atención que recibí de los oyentes y de todos los que nos acompañan a través de la Super Red Buena Voluntad de Comunicación (radio, televisión, prensa e Internet), en forma de numerosos mensajes y correspondencia, como la que me envió la ilustre profesora Wanderly Albieri Baptista, con la sugerencia de reunir los, ahora, siete capítulos en un libro. En este apéndice, continuaré la secuencia de los versículos 13 al 24, donde termina el extracto de la Buena Nueva que generó este estudio.
¡Ay de las ciudades impenitentes!
Jesús, el Cristo Ecuménico, hace una advertencia que debe tomarse –como las otras que dio– muy en serio*¹. (Evangelio, según San Lucas, 10:13)
“¡Ay de ti, Corazín! ¡Y ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en ustedes, ya hace tiempo que, sentadas en cilicio y cubiertas de ceniza, habrían mostrado su arrepentimiento”.
Vean que Jesús dio una grave advertencia a Corazín y a Betsaida. Y llega a afirmar que, si en Tiro y Sidón –lugares de comerciantes y donde se adoraba a varios dioses– se hubieran realizado los milagros hechos por Él, hace mucho tiempo los corazones de aquellas personas habrían sido tocados por la revelación del Dios Único y del Amor Fraternal.
Sabiduría de la Humildad
Pero ¿quién puede garantizar que entre los politeístas no haya elegidos por Dios? ¿Tenemos los atributos para formar parte en el Tribunal Celestial del Juicio Divino? ¡Santa pretensión! Seamos humildes ante las lecciones de Aquel que tiene algo que enseñar y sabe hacer: Jesucristo. Y así creceremos. La modestia es una llave que abre las puertas para que usted cumpla honestamente lo que prometió antes de descender a la Tierra, es decir, aprender y experimentar la Paz en la Humanidad, para lo cual es necesario despojarse del “Ismo del Ego”, contra el cual advertía Alziro Zarur (1914-1979)*².
De hecho, en cierta ocasión, aseguré a un grupo de jóvenes que la humildad es un paso más allá de la sabiduría y que el futuro está en manos de los de Buena Voluntad, como solía decir el inolvidable Hermano Zarur en sus notables conferencias presentadas en la radio. Él proclamaba el significado de la Buena Voluntad de Dios*3, con la que los Ángeles de la Milicia Celestial anunciaron a los simples, a los pastores del campo, el nacimiento de Jesús, el Cristo Ecuménico. Por lo tanto, tengamos humildad de conciencia para poder asimilar plenamente la riqueza del conocimiento espiritual que gratuitamente nos regala el Excelso Educador en Su Evangelio y Apocalipsis, al estudiar en Espíritu y Verdad –como lo preconizó Kardec (1804-1869)–, a la luz del Nuevo Mandamiento del Cristo, el Amor Universal (como enseñó Zarur).
Nunca hagamos mal uso de los poderes con los que el Divino Proveedor nos bendice como herencia, porque de todo seremos responsables. Es de la Ley de Dios que paguemos nuestras deudas hasta la última moneda. No juguemos con lo que es serio, porque Él dijo, en el Evangelio, según San Lucas, 12:59: “Te digo que no saldrás de allí (de la prisión) hasta que hayas pagado la última moneda”.
Hay últimos que serán los primeros
“10:14 – Por tanto, en el Día del Juicio, el castigo para Tiro y para Sidón será más tolerable que para ustedes”.
Corazín y Betsaida ya habían sido amonestadas por la prédica de Jesús, en el versículo anterior de este capítulo 10, del Evangelio según San Lucas. No quisieron escucharlo debidamente. Después llegaron Tiro y Sidón. Digamos, para argumentar, que se colocaron entre los últimos convocados, y, tal vez, merecieron –muchos que allí vivieron– estar entre los primeros, porque las obras son las que nos dignifican, fundamentadas en la Fe. Uno es señalado por Dios por el Bien que hace a los demás, recibiendo de Él la recompensa merecida. Sin embargo, nunca hagamos una Buena Acción con una intención egoísta: “¡Bueno, voy a actuar adecuadamente porque quiero sacar provecho de eso también!”.
A estos necios se les dirige la exhortación de San Pablo Apóstol en la Epístola a los Gálatas, 6:7: “No se engañen. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará”.
La Reencarnación es Ley Divina
“10:15 – Y tú, Capernaúm, ¿acaso serás levantada hasta el cielo? No, sino que descenderás hasta el abismo”.
Naturalmente, no se trata del infierno eterno que un dios –como lo designaba Zarur en su magnífico Poema del Dios Divino, “más vengativo que un hombre malo”– “creó” para castigar a los que se equivocan. Jesús consuela a quienes han caído en el error, pero quieren corregirse:
–“Y Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores al arrepentimiento” *4.
Entonces, ¿cómo va Él a arrojar a los enfermos al Érebo para siempre?*5 Tarde o temprano, por efecto de las vidas sucesivas*6, la conciencia de quienes cometen delitos los acusará. Ella, sí, la conciencia, es implacable*7.
–“Sin embargo, hay personas que no tienen conciencia”.
Eso es lo que algunas personas insisten erróneamente en creer. Un día, el arrepentimiento hablará más fuerte en el corazón de los errantes, y ellos, a través de muchas reencarnaciones, comenzarán a redimirse.
–“Ah, pero yo no creo en la Reencarnación”.
Respeto su punto de vista, sin embargo, la Reencarnación es una Ley Divina. No existe ni dejará de existir porque yo crea o porque usted no cree en ella.
Otra cosa: no piense –quien me escucha o me lee– que soy “un Cándido”*8, que, incluso cuando el planeta desaparece en el caos por culpa de los inconscientes de la vida, considera que estamos en el mejor de los mundos. Estoy de acuerdo con el viejo Confucio (551-479 a. C.):
–“Se paga la Bondad con la Bondad, pero el mal con la Justicia”.
El optimismo es una cosa. La Fe en Dios es otra, infinitamente más consistente. Enseñó Jesús:
“Lo que no es posible al hombre a Dios es siempre posible” (Evangelio, según San Lucas, 18:27).
Y la Fe es la llave de los milagros, como descubrió el entonces escéptico Thomas Merton (1915-1968), célebre poeta, escritor, crítico social y monje trapense, de la Abadía de Getsemaní, Kentucky (EUA), nacido en Prades, Francia:
Aparición de Santa Teresa del Niño Jesús a un empresario
De hecho, reiteramos que las apariciones ofrecidas por el Espíritu Santo son siempre más poderosas que las torpes ofrendas de los “lobos invisibles”. El impacto beneficioso que las auténticas revelaciones espirituales tienen en las personas está demostrado en una narración del propio Merton, en el prólogo de su libro Las Aguas de Siloé. La historia es resumida por el notable Clóvis Tavares (1915-1984), autor del libro Mediunidade dos Santos (Mediumnidad de los Santos).
“En los tiempos que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, un exitoso hombre de negocios llega en taxi a uno de los hoteles más lujosos de París. Al entrar, encuentra a una monja con rasgos característicamente franceses. El viajero no reconoce a la mujer ni sabe que sus ropas pertenecen a la Orden de las Carmelitas Descalzas. Lo que le llama la atención es la distintiva sonrisa de la monja, que transmite señales de sincera amistad.
“El ejecutivo, impulsado por la importancia de su propio estatus, desdeña la mirada carismática de la monja desconocida. Va a registrarse en la recepción, pero, despertado por la curiosidad, se vuelve hacia la carmelita. Entonces se da cuenta de que la mujer ya no está en el vestíbulo del hotel. Pregunta al recepcionista sobre el origen de la monja que acababa de salir. El joven, sorprendido por la pregunta, le responde que ninguna monja camina por las calles a esas horas de la noche repartiendo sonrisas a los hombres, y que la única persona que había pasado por la puerta del hotel en los últimos treinta minutos fue él, el empresario.
“Poco tiempo después, aquel industrial francés abandonó su profesión y su prestigio, convirtiéndose en trapense (religioso de Trapa, localidad de la región de Soligny) en una abadía del sur de Francia. La razón del cambio abrupto y radical en su destino se debió a la aparición de aquella monja sonriente en el lobby del hotel parisino, que el recepcionista insistió que nunca había estado allí.
“A los pocos días después de verla, y muy impresionado por el insólito suceso, el empresario encontró en casas de sus amigos un retrato de la monja, quienes dijeron que se trataba de Santa Teresa del Niño Jesús”.
Incluí esta conmovedora historia en Cartas Espirituales de Europa, cuando estuve en Portugal, en 1991.
Extraordinaria tarea
“10:16 – El que los escucha a ustedes, me escucha a mí…”.
Ante esto, hay que tener cuidado a la hora de propagar lo que Jesús dejó escrito por intermedio de los Evangelistas. Si usted no transmite correctamente las enseñanzas del Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, la persona que las escucha atribuirá a Él la mala lección recibida. Al distorsionar los preceptos celestiales, el vacilante estará en una posición delicada ante la Justicia Eterna, porque estará sirviendo de instrumento al “lobo invisible”, para el desvío de las ovejas del Señor.
Para ser un fiel mensajero de la Palabra de Dios, el evangelizador no necesita inventar nada. Basta que abra y lea el Evangelio y el Apocalipsis de Jesús con el corazón iluminado por el Amor Fraterno y el cerebro esclarecido por la Verdad Divina. (…) Lo que siempre se debe recordar es que no se puede predicar con odio lo que el Padre Celestial enseñó con Amor. El día en que todos estudiemos así la Buena Nueva y el Libro de las Profecías Finales, alcanzaremos el apogeo de esa extraordinaria tarea, que Jesús concedió a nuestra modesta capacidad. El Maestro puede parecer, a ciertos ojos humanos, divinamente incoherente. Sin embargo, Él no lo es.
Mi coherencia es el bien de mi semejante
Recuerdo la siguiente reflexión de Ralph Waldo Emerson (1803-1882), que a Gandhi (1869-1948) le gustaba citar:
—“La coherencia tonta es el caballo de batalla de los mediocres”.
Sin embargo, que no vaya ninguno de ustedes a actuar irresponsablemente, queriendo darle a esta expresión del Mahatma un significado criminal que no era su intención.
Y luego añadió, el inspirado Mohandas*9, en la antigua sabiduría hindú:
—“La ruta que conduce a la Verdad fue construida para los intrépidos”.
Poder espiritual
“10:16 – El que los escucha a ustedes, me escucha a mí. El que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió (o sea, el Padre que está en el Cielo).
“17 – Cuando los setenta volvieron, estaban muy contentos y decían: Jesús, en Tu nombre, ¡hasta los propios espíritus de las tinieblas (espíritus retrasados) se nos sujetan!”
¡Volvieron maravillados! Con eso, el Divino Estratega mostró cuán capaces son quienes confían en Él.
Poco después, sin embargo, aclara que lo más importante es tener el nombre inscrito en el Libro de la Vida Eterna.
“10:18 – Jesús les dijo: Yo veía a satanás caer del Cielo como un rayo”.
Esta caída de satanás significa que la falta de conocimiento deja de ser la luna oscura de la humanidad, que empieza a ascender escalones en el Conocimiento más allá del conocimiento. ¿Comprendieron? Entendamos, en este caso, que la luna (oscura) representa la psique humana ensombrecida por el reino de la ignorancia al que Jesús vino a poner fin.
Por lo tanto, la derrota de satanás simboliza, para aquellos que desean ser iluminados por la Sabiduría que viene de Dios, el fin de este dominio del mal. El viejo Goethe (1749-1832), uno de los mayores exponentes de la literatura alemana*10, reflexionaba:
—“Nada hay más terrible que una ignorancia activa”.
De ahí que sea fundamental no solo instruir bien al pueblo, sino educarlo con civilidad y, más aún, reeducarlo con la Espiritualidad Ecuménica, aquella que ilustra el alma sin fanatismos.
¡Añoranza, solo del futuro!
“Miren que Yo les he dado a ustedes poder para aplastar serpientes y escorpiones, y para vencer a todo el poder del enemigo, sin que nada los dañe”.
Jesús (San Lucas, 10:19)
Es decir, el Cristo nos concede Su autoridad para corregir lo que está mal. No herir literalmente serpientes y escorpiones, y mucho menos humillar a las personas; porque hay quienes, desde una perspectiva subjetiva, ven a los seres humanos como animales venenosos. Quien lo haga de manera implacable estará abusando de la confianza que Dios –que es Amor y Justicia– le concede. Leer la Biblia al pie de la letra es un peligro.
San Pablo Apóstol condenaba esta costumbre, al afirmar que:
—“La letra mata, el Espíritu vivifica” (Segunda Epístola a los Corintios, 3:6).
¡¿Por qué?! Él mismo lo explica:
—“Las cosas espirituales tienen que discernirse espiritualmente” (Primera Epístola a los Corintios, 2:14).
Si el Taumaturgo Celestial deja claro a los setenta que les ha concedido autoridad “para vencer a todo el poder del enemigo”, ¿a quién vamos a temer? ¡¿Al “lobo invisible”?! ¡De ninguna manera! Como preguntaba el inolvidable Proclamador de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo, Alziro Zarur (1914-1979), en su cuarteto “Legionarios de la Buena Voluntad”, publicado en el libro Poemas de la Era Atómica (1949):
Marcharemos en el Sur y en el Norte...
¡Nadie puede detener esta marcha!
Pues, si no tememos a la muerte,
¿a quién vamos a temer?
Y respondemos al unísono: “¡A nadie! ¡Jamás!”
Sí, debemos tener cuidado de nuestras propias debilidades, de nuestros propios atavismos; pensar con esperanza y actuar correctamente por un futuro mejor; no vivir resentidos por el pasado infeliz. ¡Añoranza, solo del futuro! El pasado solo sirve de base para no repetir los mismos errores y, con la ayuda de Dios, corregirlos.
“–(...) sin que nada los dañe.” (Evangelio, según San Lucas, 10:19).
¡Dios mío! ¿Se dan cuenta de que quien asegura esto es el Salvador de los humildes? Entonces, ¿qué temer ante las tormentas de la existencia?
“¿Qué clase de hombre es este, que hasta el viento y el mar Le obedecen?”
Con Fe que Realiza, persistencia, coraje y Buena Voluntad, todo será superado, como en el pasaje “Jesús calma la tempestad”, en Su Evangelio, según San Mateo, 8:23 al 27; San Marcos, 4:35 al 41; y San Lucas, 8:22 al 25:
Jesús calma la tempestad
—Ocurrió que, en uno de aquellos días, Jesús subió a la barca, y Sus discípulos Lo siguieron. En esto se levantó en el mar una tempestad de viento tan grande que las olas cubrían la barca, mientras Jesús dormía en la popa, sobre una almohada. Sus discípulos Lo despertaron con gritos y Le dijeron: —¡Señor, sálvanos, que nosotros vamos a morir! Y Jesús les dijo: —¿Por qué tienen miedo, hombres de pequeña fe? Entonces se levantó, reprendió al viento y al mar; y sobrevino una calma impresionante. Y los discípulos se quedaron asombrados y maravillados, y decían: —¿Qué clase de hombre es este, que hasta el viento y el mar Le obedecen?
No temer las dificultades
¡Hemos caminado firmemente, a lo largo de todas estas décadas, en las Instituciones de la Buena Voluntad!*11 Aquí no pretendemos hacernos los valientes, pero las dificultades no nos intimidan, ¡creemos, de cuerpo y Alma, desde el fondo de mi corazón, en Jesús! Estoy seguro de que lucho por una Causa que es Suya, la de la Buena Voluntad de Dios y del Nuevo Mandamiento de Jesús:
—“Ámense como Yo los he amado. Solamente así podrán ser reconocidos como mis discípulos, si tienen el mismo Amor unos por los otros. (...) Este es mi Mandamiento: que se amen como Yo los he amado. No hay mayor Amor que este: donar la propia vida por sus amigos. Y ustedes serán mis amigos si hacen lo que Yo les mando. Y Yo les mando esto: ámense como Yo los he amado. Ya no los llamo más siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; sino que los llamo amigos, porque todas las cosas que aprendí de mi Padre se las he dado a conocer. No me eligieron ustedes a mí; sino que Yo los elegí a ustedes y los he designado para que vayan y den buenos frutos, de modo que su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en mi nombre, Él se los conceda. Y Yo les mando esto: ámense como Yo los he amado. Así, de la misma forma como el Padre me ama, Yo también los amo. Permanezcan en mi Amor”.
(Evangelio del Cristo, según San Juan, 13:34 y 35; 15:12 al 17 y 9).
Si me permiten darles un consejo sin pretensiones, todos ustedes deben pensar y actuar de esta manera.
Revelación de los Cielos a los pequeños
“Pero no se alegren de que los espíritus se les sujetan, sino de que los nombres de ustedes ya están escritos en los Cielos.
“En ese momento Jesús se regocijó en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque estas cosas las escondiste de los sabios y entendidos del mundo, y las revelaste a los niños. Sí, ¡Padre, porque así Te agradó!” Jesús (San Lucas, 10:20 y 21)
La Ley de Dios abre el camino a quienes buscan ser verdaderamente humildes, que se esfuerzan por aprender, sin parti pris, es decir, sin ideas preconcebidas, porque, ciertamente, quieren más luz, no quieren arrastrarse en las sombras, perderse en la oscuridad, en la jungla sombría donde “lobos invisibles” deambulan, vacilantes. Por eso, el Padre Celestial revela Su Sublime Conocimiento a este peregrino.
–“¿Pero entonces la gente instruida y sabia del mundo no tendrá su oportunidad?”
Sí, si demuestra verdadera voluntad para ello. El Divino Pastor advierte que “a cada uno según a sus obras” (Evangelio de Jesús, según San Mateo, 16:27), bajo la Guardia Celestial de la Misericordia del Cielo.
El Cristo Ecuménico y la Economía
¡Qué maravilla es este capítulo 10 del Evangelio del Cristo, según San Lucas! ¡Cuánta luz nos transmite! Esto le puede pasar a todos los que tienen la responsabilidad de, a través de los micrófonos de la Super Red Buena Voluntad de Radio, frente a las cámaras de la Buena Voluntad TV o en Internet, o en el Altar Sagrado de las Iglesias Ecuménicas de la Religión Divina, multiplicar esta Fe que Realiza en el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, para que ningún obstáculo sea capaz de detener su evolución.
Jesús explica, en San Lucas, 10:22:
“Mi Padre me ha entregado todas las cosas, y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ni nadie conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel [o aquella] a quien el Hijo lo quiera revelar”.
¿Notaron eso? El Amado Maestro dijo “a quien el Hijo lo quiera revelar”.
¡Vaya! ¿Qué tal entrar en meditación permanente con el Proveedor Celestial para alcanzar Su Sabiduría y disfrutar de esta valiosa riqueza?
Todavía hay más. En Su Buena Nueva, según los relatos de San Marcos, 13:11, el Sublime Educador afirma lo siguiente:
—“Cuando los arresten y los hagan comparecer [a los tribunales de la Vida], no se preocupen por lo que deben decir, sino solo digan lo que en ese momento les sea dado decir. Porque no serán ustedes los que hablen, sino el Espíritu Santo”.
Al analizar estos versículos, Jesús utiliza un instrumento humano, en este caso yo –podría ser otra persona–, para abrirles los ojos al hecho de que somos, toda la humanidad, hijos del mismo Padre, criaturas de un único Creador, que nos ofrece Sus riquezas. Hablamos, sobre todo, de la riqueza espiritual, porque, una vez obtenida, según la Ley Económica del Cristo, todas las cosas materiales nos serán añadidas*12.
Este es el trabajo de la Política de Dios, la Política para el Espíritu Eterno del ser humano, prevista por Alziro Zarur y ejemplificada en la Parábola del Buen Samaritano*13.
La buena amalgama
La Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo es la Mies de quienes, inspirados por Jesús, anhelan la transformación definitiva del planeta Tierra y de sus habitantes. Esta es la buena amalgama de una sociedad que quiere sobrevivir a los tiempos difíciles que vivimos.
El mundo cambia de repente. ¿No vieron lo que ocurrió con las placas tectónicas en Asia?*14 ¡Qué cosa tan terrible! Afectó la posición del eje terrestre e influyó en el clima, según afirman algunos. Esto me trae a la memoria esta máxima de Zarur:
—“No hay seguridad fuera de Dios”.
La bienaventuranza de ver lo que fue revelado
“Jesús se volvió a Sus discípulos, y aparte les dijo: Bienaventurados los ojos que ven lo que ustedes ven.
“Porque les digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron”.
Jesús (San Lucas, 10:23 y 24)
¡Alabado sea Dios!
Servir a Jesús no es un sacrificio. ¡Es un privilegio!
Quién determina nuestro destino
Para concluir, reflexionemos sobre la Carta del Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, a los Hermanos perseverantes de la Iglesia en Filadelfia, contenida en el Apocalipsis de Jesús (3:7 al 13).
Este es el regalo que ofrezco a ustedes, personas bondadosas, perseverantes y dedicadas a la Fraternidad Ecuménica dondequiera que estén; en cualquier redil religioso que profesen; en cualquier filosofía por la que transiten; finalmente, a todos: mujeres, hombres, jóvenes, niños, Hermanos de la tercera edad o de la mejor edad —que es mi caso—, Espíritus del Bien, Almas Benditas. Recuerden siempre: lo que determina nuestro destino no es la voluntad ajena; ¡es nuestra decisión en Cristo Jesús!
Carta a la Iglesia en Filadelfia
“Escribe al Ángel de la Iglesia en Filadelfia:
“Así dice el Santo y Verdadero, El que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, y cierra y nadie puede abrir:
“Yo sé todo lo que haces. Delante de ti he puesto una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar. Aunque son pocas tus fuerzas, has obedecido mi palabra y no has negado mi nombre”.
Esta puerta abierta es el Evangelio y Apocalipsis de Jesús Ecuménico, en Espíritu y Verdad, a la luz de Su Nuevo Mandamiento de Amor. El Evangelio del Ser Divino, Jesús, que es Amor, jamás podrá ser propagado por la acción del odio; es importante reiterar.
Nadie puede confundir o detener el destino glorioso de los Legionarios de la Buena Voluntad de Dios, fieles Cristianos del Nuevo Mandamiento.
¿Qué estamos haciendo aquí? Guardando Su Palabra y llevándola a los cuatro rincones del mundo, por todos los medios posibles e imposibles, este Mensaje de Esperanza. Por eso, insisto en pedir ayuda de Jesús para que tengamos las condiciones de producir más, porque conscientemente nunca negamos el nombre del Amado Maestro ni Sus Obras y buscamos Su Inspiración en todo y para todo lo que realizamos.
“3:9 – Yo haré que esos que en la sinagoga de satanás dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten, vayan y se arrodillen ante ti, y reconozcan que Yo te he amado”.
Jesús, el Coautor del Último Libro de la Sagrada Biblia, porque el Gran Autor del Apocalipsis es Dios, se dirige a aquellos que perseveran aún más allá del final de la misión, a quienes, siendo “fieles hasta la muerte”, Él les dará “la corona de la vida” (Apocalipsis, 2:10). Ante los buenos actos de estos persistentes, los faltosos (“lobos invisibles”) se inclinarán, retomando, finalmente, el camino de la redención que habían abandonado.
También es importante recordar que Jesús lavó los pies a los Discípulos y Apóstoles, como ejemplo de Amor y Fraternidad (Evangelio, según San Juan, 13:1 al 20). Lavarnos los pies unos a otros es el respeto y el cuidado que debemos tener recíprocamente, reflejando el mayor ejemplo que viene del Señor de la Paz. Esto es la Sociedad Solidaria Altruista Ecuménica y la Política de Dios en movimiento.
“3:10 – “Por cuanto has guardado la palabra de mi perseverancia, Yo también te guardaré a la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que habitan sobre la Tierra”.
Observen la tormenta que se acerca. Solo presten atención a lo que comunican los medios.
¡Atención al versículo 10 de la Carta del Amado Maestro a la Iglesia en Filadelfia, capítulo 3 del Apocalipsis! Narra los indescriptibles sufrimientos que vivirán quienes viven en la Tierra, pero, inmediatamente después, en los versículos 11 y 12, viene el consuelo de Jesús llega a quienes perseveran hasta el momento final y más allá.
“11 Ya pronto vengo. Lo que tienes, no lo sueltes, y nadie te quitará tu corona.
“12 Al que venza, Yo lo convertiré en columna del Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí. Sobre él escribiré el nombre de mi Dios y el de Su ciudad, es decir, de la Nueva Jerusalén que desciende del Cielo de mi Dios, y también mi Nuevo Nombre.
“13 El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias del Señor”.
El Hermano Alziro Zarur conceptualizó repetidamente: “LBV, el Nuevo Nombre de Jesús”.
“3:13 – El que tenga oídos, que oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias del Señor”.
Mensaje final
La Carta a la Iglesia en Filadelfia concluye con la promesa del Cristo: “Al que venza, Yo lo convertiré en columna del Templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí”.
Columna del Templo de Dios, ¡qué cosa tan maravillosa! Esta es la fórmula segura para derrotar finalmente al maldito “lobo invisible” y todas sus maquinaciones, sus trampas, sus emboscadas: ¡el extraordinario Poder de Dios!
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*1 Tema también analizado por Paiva Netto en las diferentes prédicas y publicaciones que ha realizado durante años acerca del Apocalipsis de Jesús.
*2 El “Ismo del Ego”: página del inolvidable Hermano Zarur, incluida en el Libro de Dios (1982) y La Biblia para el Pueblo (1988), obras de Paiva Netto.
*3 Buena Voluntad de Dios: en el Evangelio de Jesús, según San Lucas, 2:13 y 14 (traducción del padre Matos Soares), dice: “Repentinamente, apareció con el Ángel una multitud de las Huestes Celestiales, que alababan a Dios, y decían: ‘Gloria a Dios en las Alturas, y paz en la tierra a los hombres [y a las mujeres, a los jóvenes, a los niños y a los Espíritus, Almas Benditas] de la Buena Voluntad (de Dios)’”.
*4 Evangelio de Jesús, según San Marcos, 2:17.
*5 Érebo: en la mitología griega, Erebus –o incluso Érebos–, hijo del Caos, era la personificación de la oscuridad.
*6 Nota de Paiva Netto
Vidas sucesivas: la Ley de la Reencarnación es mucho más caritativa que la del infierno eterno. En el Antiguo Testamento, por boca del Profeta Ezequiel, 33:11, Dios afirma que no desea la perdición de los pecadores, sino solo su salvación. Y el Profeta Oseas (6:6) declara esta afirmación de Dios: “Misericordia quiero, y no sacrificio (...)”.
*7 La fuerza implacable de la conciencia: hay muchos ejemplos en los libros psicografiados del Dr. Bezerra de Menezes, André Luiz, Emmanuel, Yvonne do Amaral Pereira y otros Hermanos Espirituales.
*8 Cándido (Cándido): personaje de Cándido, o El Optimismo, relato filosófico en tono satírico, escrito en 1759 por François Marie Arouet (1694-1778), o simplemente Voltaire. Este clásico de la literatura tiene como eje principal el optimismo sin límites de Cándido, un joven bastardo, hijo de un noble de Westfalia, que deambula por el mundo, pasando por las peores penurias: hambre, miseria, guerra y persecuciones, para ir tras su prima Cunegunda, a quien ama y sigue fielmente por Buenos Aires, Argentina; Italia, el mítico Eldorado y París, Francia.
*9 Mohandas: Mohandas Karamchand Gandhi (1869-1948), líder pacifista indio. El Mahatma, que significa “Gran Alma”, fue uno de los principales responsables de la liberación de la India del dominio inglés.
*10 Goethe (1749-1832): uno de los escritores alemanes más destacados.
*11 Instituciones de la Buena Voluntad: formadas por la Legión de la Buena Voluntad (LBV); por la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo; por la Fundación José de Paiva Netto; y por la Asociación Educativa Buena Voluntad.
*12 La Fórmula Urgentísima: “Busquen primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas las cosas materiales les serán añadidas” (Evangelio de Jesús, según San Mateo, 6:33).
*13 Política de Dios y la Parábola del Buen Samaritano: lea “La Legión de la Buena Voluntad y la Ideología del Buen Samaritano”, en el blog paivanetto.com/es.
*14 Movimiento de las placas tectónicas en Asia: ocurrió el 26 de diciembre de 2004. Este terremoto, considerado el quinto más grande desde 1900 (9 grados en la escala de Richter), provocó varios tsunamis que arrasaron las costas de África y Asia, matando a cientos de miles de personas.
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