La Web, la educación y el poder
No es novedad que Internet se convirtió en una herramienta indispensable en nuestra rutina. Al acceder a ella, se derriban fronteras antes invencibles para la mayoría de los ciudadanos. Sin embargo, he advertido —también para el buen uso del medio cibernético— que educación es poder. Sin la debida enseñanza, aliada a la Espiritualidad Ecuménica, el manejo de ese influyente recurso puede ser desastroso.
La Dra. Lilian Castelani, especialista en Derecho Electrónico y Proceso de Trabajo, de São Paulo, Brasil, hace algunos meses habló sobre un tema de gran interés para las familias: “El principal peligro en el mundo virtual es la exposición excesiva. Las personas no están preparadas para usar Internet. Debe haber más responsabilidad en relación con sus publicaciones, principalmente en las redes sociales, en las que nosotros exponemos nuestras ideas, nuestra familia y nuestra imagen. Es importante adecuar aquello que debe, de hecho, exponerse para todos, porque, divulgado en Internet, está para el mundo. Se disemina muy rápido la información, y ésta hoy es muy valiosa”.
Recomienda la Dra. Lilian: “Sea en las redes sociales o cuando usted va a comprar cualquier servicio en Internet, es necesario evaluar si el site es idóneo, si los fines de uso están de acuerdo con lo que usted cree que es correcto. Tomar esos pequeños cuidados es primordial para la seguridad de su privacidad. Si no usted será víctima de lo ilícito por su propia culpa”.
La abogada destacó también el respeto al prójimo: “Es muy importante saber si lo que usted está publicando en Internet perjudicará a un tercero, si será realmente útil para alguien o incluso para usted”.
Atención ahora, jóvenes, a lo que dijo la Dra. Lilian: “A veces, las personas suben fotos íntimas y no saben la repercusión que esto tendrá en Internet. Con un clic, millones de personas pueden acceder a ese material publicado, es incalculable cuántas personas lo verán, a partir de ahí. ¡Y sacarlo de Internet es muy difícil! Nosotros logramos sacar del cyber espacio los ilícitos, pero las cosas que usted mismo publicó es complicado; por ese motivo usted está expuesto al cyberbullying, a humillaciones. Es necesario tener cautela también al exponer opiniones muy polémicas. Entonces, tiene que tomar esos cuidados en el momento de exponerse en Internet”.
El sociólogo Daniel Guimarães, en el programa Sociedad Solidaria, de la Boa Vontade TV, presentó esta situación a la Dra. Lilian: “Los niños y los adolescentes son usuarios ávidos por esas tecnologías. Es común que las dominen más que sus padres y, en general, no tienen tanta madurez para comprender el tema de los límites”.
La orientación de la especialista en Derecho Electrónico es que “los padres deben estar atentos a la rutina del niño. Por ejemplo, no dejar la computadora que más usan en ambientes cerrados, dejarla en lugares de más circulación. Es todo muy complicado; hoy están los smartphones, las tablets. Pero, la atención del padre tiene que ser siempre mayor, observar el comportamiento del niño, conversar con él. Creo que prohibir es retirarlo de la sociedad de hoy, porque él forma parte de ese medio social, de lo virtual. Entonces, dialogar acerca más a padres e hijos. Entender que, a veces, una actitud del hijo puede responsabilizar al padre por un crimen, ya que él es su responsable. El padre no puede llegar a la casa cansado e ir a dormir. ¡No! Tiene que saber cómo fue el día de su hijo, si está más contrariado o no. Pienso que esa conversación en familia es la que da más responsabilidad”.
Para la Dra. Lilian, “la palabra de orden es educación”. Ese es el camino para prevenir los delitos, que, según ella, “están ahí, son los mismos, los medios son diferentes. Y hoy nosotros estamos con una herramienta digital que da una difusión mucho mayor para los delitos. Educarse para usar Internet es la gran seguridad. Atender su privacidad, tener cuidado con lo que expone son las medidas más coherentes para transitar en ese mundo”.
Muchas gracias, Dra. Lilian Castelani, por sus esclarecimientos de gran utilidad social.
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