Manifiesto de la Buena Voluntad (II)

No hay un buen régimen mientras el Hombre sea malo

Por lo tanto, este es el gran momento en el que los grandes líderes religiosos, políticos, empresariales, sindicales, comunitarios se unan todos, finalmente, por el bien de este mundo extraordinario. Pero, que esta unión trascienda los desgastados caminos de los ajustes sociales, ajustes de los sistemas, ajustes de los regímenes, y cualquier otro ajuste, porque no hay régimen bueno mientras el Hombre sea malo; la ambición por el poder ha subvertido el verdadero sentido de autoridad. Cuanto más leyes se hagan, más formas encontrará el Ser Humano para transgredirlas, mientras no entienda que tenemos compromisos unos con los otros. Sin esta comprensión la sociedad es una farsa, a no ser que sea una sociedad caníbal. Es preciso que se junte al esfuerzo mental, el de las manos, a la filosofía, el mango de la azada.

Es éste el gran momento de aquello que denominamos Política de Dios, Política para el Hombre y para el Espíritu del Hombre.

Decía Alziro Zarur, el inolvidable fundador de la Legión de la Buena Voluntad, que "no hay seguridad fuera de Dios" (El Dios entendido naturalmente como Amor, no como el dios sanguinario de todos los fanáticos). Y es evidente que esto también se aplica a la Política, como a todos los demás segmentos de la vida del Hombre en la Tierra.

La libertad económica, política y religiosa tan anhelada en el mundo contemporáneo, jamás podrá ser alcanzada sin el principio de respeto al Ser Humano y a sus valores espirituales. Hasta Gorvachov, representante de una nación que hasta hace poco era reconocida como atea y materialista, llegó a la conclusión de que no podemos vivir sin espiritualidad. Esto es una evidencia clarísima, como diría el dramaturgo y escritor brasileño Nelson Rodrigues.

La dificultad promueve la creatividad. ¡Usemos la cabeza!

El Pueblo brasileño es un Pueblo pacífico y que tiene Fe, pero no puede ser negligente para con deberes y compromisos con la Patria. ¿Qué es esta profunda crisis social, moral, espiritual y política que vivimos en todo el Planeta, sino la mayor de nuestras oportunidades disfrazada de infortunio? Siempre decimos que es en los momentos de crisis que se forjan los grandes caracteres y surgen las naciones más poderosas. Cuando estamos con DIOS, hasta la adversidad se transforma en el mejor momento para crear. La dificultad promueve la creatividad. ¡Usemos la cabeza!

La primera víctima de la desesperación es el desesperado. Sin embargo, todas las victorias están a nuestro alcance, decididamente a nuestro alcance, por la fuerza de nuestro trabajo.

Para que no seamos arrastrados por las transformaciones que barren el Planeta, debemos ocupar nuestra posición de vanguardia. Tenemos todo para que, en un acto de voluntad espiritual y política, podamos traspasar el mar de dificultades y poner el hombro con los primeros en la llegada al futuro.

Los brasileños somos un Pueblo que está orgulloso de su comportamiento pacífico en la convivencia internacional. Aseguradas nuestras fronteras fijadas por los expedicionarios, en ellas hemos permanecido sin ambición de conquista y de hegemonía continental. La predisposición por la PAZ no significa, empero, la fuga de los grandes deberes de solidaridad con la comunidad de los hombres.

La fuerza de las naciones es el resultado del trabajo de cada uno. De nada nos sirve un territorio vasto, si no somos capaces de mantenerlo, de nada nos sirven los grandes recursos de la Naturaleza, si no sabemos usufructuarlos con celo y moderación; de nada nos servirá la inteligencia, si no sabemos usarla como instrumento del bien común.

Brasil tiene un gran desafío y también un instrumento para vencerlo. El desafío es el del momento histórico, de las dificultades que atravesamos. Y el instrumento es la unión de nuestras fuerzas: la fuerza moral, la fuerza cívica y la fuerza de nuestra fe en el Ser Humano y en DIOS. Es evidente que ninguna nación será fuerte si le falta una de esas fuerzas.

(continúa)

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.