Manifiesto de la Buena Voluntad (I)

Recibí un pedido del lector Edson Rodrigues de Freitas, de Rio de Janeiro, para que publique el Manifiesto de la Buena Voluntad, palabras que proferí durante la colocación de la Piedra Fundamental del Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica, el 21 de octubre de 1991, en Brasilia. El manifiesto reúne muchos conceptos que expresamos en las décadas anteriores, pero se muestran cada vez más actuales y necesarios en los días de hoy, a medida que el mundo se globaliza y, por eso mismo, necesita más de Educación y Cultura, Alimentación, Salud y Trabajo, con Espiritualidad. Vamos al manifiesto:

Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica

Hoy, la Legión de la Buena Voluntad coloca la Piedra Fundamental del Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica, tomando conciencia de que le corresponderá participar decisivamente del más grave proceso de transformación vivido por el Ser Humano. Los Tiempos de las grandes transformaciones llegaron. Sepamos atravesarlos debidamente.

Ante todo, corresponde explicar al público, claramente, la misión de este Parlamento Ecuménico que contará con la participación efectiva de representantes de las más diversas instituciones del Brasil y del Exterior y, principalmente, con la participación del Pueblo, que es la elite de un país.

El Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica tendrá sus puertas abiertas, a todos los Seres de Buena Voluntad, proponiendo la conciliación universal de todo el conocimiento humano y espiritual en una poderosa fuerza al servicio de los pueblos.

Discordia, radicalismos, hostilidades de todos los matices deben permanecer alejados de los debates y de las propuestas religiosas, filosóficas, políticas, científicas, económicas, artísticas, deportivas y todo lo demás, pues el Ser Humano nace en la Tierra para vivir en sociedad, Sociedad Solidaria.

La propuesta del Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica visa también conciliar el conocimiento vigente en el mundo físico con el saber infinitamente amplio, situado en la dimensión del Espíritu Eterno; unir al Ser Humano a las civilizaciones que existen en el Mundo Espiritual, todavía invisible a nuestros pobres y limitadísimos cinco sentidos materiales.

Conciliación por el Espíritu

Por lo tanto, nuestra convocatoria es conciliar, ya que estamos afirmados en la extensa experiencia ecuménica de la LBV: el Brasil y el mundo necesitan de la vivencia inmediata del ecumenismo religioso, racial, partidario, empresarial, social, en fin, el Ecumenismo Irrestricto, con base en los valores más profundos del Espíritu. Grande es la nación y sabio el gobernante que logra congraciar los valores de sus integrantes de todas las razas, creencias, convicciones políticas... Son los constructores del verdadero progreso.

La Legión de la Buena Voluntad asumió importantes compromisos sociales, desde que su emérito y recordado creador, Alziro Zarur (1914-1979), bajo inspiración divina, trajo a la Tierra, a partir del alma brasileña, las raíces de esta Institución. La LBV quiere una sociedad en que todos los hombres sean realmente iguales en derecho, y cuyos méritos sociales, por más loados y reconocidos, no se tornen causa de prejuicio de los derechos y libertades de los demás ciudadanos.

Una sociedad en que Dios y Sus Leyes de Amor y Justicia inspiren responsabilidad a la libertad individual, a fin de asegurar libertad a todos. Hablo del Creador Supremo, no de los que buscan hacer de Él, que es Amor, un instrumento execrable del fanatismo, preconcepto y odio. Entonces, las virtudes reales serán las construidas por la propia Criatura en la ocupación honesta de sus días, en la administración de sus bienes y en el respeto a los ajenos, en la bella e incitante aventura de la vida. Una nación que se haga de hombres así, siempre será grande e inviolable.

La culpa es de los llamados buenos

Es la hora de la unión de todos cuantos creen en la regeneración del tejido social, teniendo al Espíritu del Hombre como principio. Y ¿qué vemos en todas las regiones del Planeta, sino la institucionalización de la injusticia? ¿Culpa de quién? ¿De los vagabundos? ¿De los usureros? ¿De los corruptos? ¿De los exploradores? ¿De los insurrectos? ¡No! Responsabilidad de los que se juzgan buenos, honestos, capaces, pero que se acomodan, satisfaciéndose sólo en reivindicar los derechos humanos que les asisten, olvidándose de cumplir con mayor arrojo y prontitud los deberes sociales, morales y espirituales que les caben. Cuando el territorio no es defendido por los buenos, los malos hacen "justa" la victoria de la injusticia.

(Continúa)

José de Paiva Netto, Director Presidente de la Legión de la Buena Voluntad (LBV), es escritor, periodista, conductor de radio, compositor y poeta brasileño. Además, es miembro efectivo de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, siglas en portugués) y de la Asociación Brasileña de Prensa Internacional (ABI-Inter, siglas en portugués). Afiliado a la Federación Nacional de los Periodistas (FENAJ, siglas en portugués), a la International Federation of Journalists (IFJ), al Sindicato de Periodistas Profesionales del Estado de Rio de Janeiro, al Sindicato de Escritores de Rio de Janeiro, al Sindicato de los Profesionales de Radio de Rio de Janeiro y a la Unión Brasileña de Compositores (UBC). Integra también la Academia de Letras de Brasil Central. Es un autor de referencia internacional en la defensa de los derechos humanos y en la conceptualización de las causas de la Ciudadanía y de la Espiritualidad Ecuménicas, que, según él, constituyen “la cuna de los más generosos valores que nacen del Alma, la morada de las emociones y del raciocinio iluminado por la intuición, el ambiente que abarca todo lo que trasciende el campo común de la materia y proviene de la sensibilidad humana sublimada, como ejemplo de la Verdad, de la Justicia, de la Misericordia, de la Ética, de la Honestidad, de la Generosidad, del Amor Fraterno”.