¿Qué está sucediendo con el planeta?
Recuerde que ahora todo es más rápido. Se oye hablar y se puede ver en tiempo real la expansión de desiertos donde había bosques frondosos, al punto de que la ONU dedica los años de 2010 a 2020 al tema de la desertificación; sequía en lugares donde nunca ocurrió tal cosa. Y las personas continúan diciendo incongruencias respecto al Apocalipsis, como si fuera el culpable de todo.
¿Acaso son las hojas de papel en las que están impresas las profecías bíblicas las que provocan esas catástrofes, o son nuestra estupidez militante y ambición sin fin?
Deténgase un poco y piense, deje de hablar mal de las Profecías Finales, porque las visiones de San Juan, Evangelista y Profeta, no accionan esos hechos, solo los anuncian. Ahora bien, solamente advierten, amigo. Aquel que simula ser amistoso no tiene el coraje para contar la verdad, quiere quedar bien con la persona que dice amar —y no hay nada peor que el amor falso, esa es la suprema maldad—. No me estoy refiriendo solamente al sentimiento entre matrimonios, sino entre los seres humanos, sobre todo lo que singulariza las perfectas relaciones humanas, sociales, filosóficas, políticas, científicas, religiosas.
Desde hace siglos, vivimos intentando que la Madre Tierra sucumba, quitándole la vida poco a poco. Pero, no nos podemos olvidar que tal actitud repercutirá de lleno en nosotros. Humanamente también somos Naturaleza.
Entonces, ¿por qué la sorpresa con el Discurso del Cristo en Su Evangelio según San Mateo, 24:15 al 28, sobre “la Gran Tribulación como nunca hubo ni jamás se repetirá en la faz de la Tierra”? ¡Nosotros mismos estamos ayudando a proporcionarla!
El pastor Jonas Rezende*, también en su libro O Apocalipse de Simão Cireneu, se refiere a esa distorsión histórica:
—El Juicio Final podría ocurrir, no por arbitrio divino, no como un evento inevitable, como siempre se comprendió, a partir de las Escrituras, sino debido a la acción predatoria del propio hombre.
La profecía presente en los libros sagrados de las diversas religiones
Es fundamental resaltar también la destacada presencia de la simbología profética atavesando las más antiguas tradiciones. No solo en la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamentos) identificamos las advertencias divinas. Ellas igualmente se encuentran en las páginas de los libros sagrados de diversas creencias de la Tierra.
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*Jonas Rezende: (1935-2017)
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