No tenemos otra morada física sino la Tierra
Vamos alegremente olvidados de que somos seres dependientes de la Madre Naturaleza; por lo que, debemos cuidar muy bien de ella. En cuanto a las Profecías Bíblicas, por ejemplo, el Sermón Profético de Jesús (Evangelio, según San Mateo, capítulo 24) y el Apocalipsis, no son para aterrorizar. Por el contrario, sirven de aviso milenario. Para preocuparse es lo que hace el ser humano. Las predicciones son advertencias de Dios sobre este hecho: si continuamos como estamos, usando mal nuestro libre albedrío, las consecuencias serán tales, tales y tales. Las amonestaciones de los Profetas no son para atemorizar, ni tampoco “visiones” de irreflexivos. En realidad, retardada es la acción de la persona considerada práctica y que de práctica no tiene nada, sino que es codiciosa y suicida, por cuanto no tenemos otra morada a no ser este sufrido planeta, cuya paciencia se va agotando. Razón por la que Jesús, el Profeta Divino, en Su Evangelio, según San Mateo, 24:21, dice, al referirse a la Gran Tribulación, que esta será como nunca se ha visto desde la fundación del mundo, ni nunca más se repetirá. Tal hecho de tamaña envergadura no se dio aún en la Tierra. Por lo menos en el período en que nosotros, seres humanos, pasamos a habitar sobre su faz. Y aquí la transcripción del versículo 22: “Si Dios no abreviase aquellos días, ni los elegidos serían salvos”.
“Último Armagedón”
Afirmo siempre: sin el Nuevo Mandamiento de Jesús, que Alziro Zarur (1914-1979) presentaba como Clave de la Vida y Clave de la Muerte, hasta las Divinas Leyes, en el corazón de los que no saben amar por no conocer y no cumplir el Mandamiento del Señor de la Tierra, pueden usarse como herramientas de tiranía. Por lo tanto, lamentablemente muchas veces el ser humano rebaja las grandes ideas a sus restringidísimas capacidades de entendimiento ante lo infinito de los Universos. Pierde su tiempo, atrasa su evolución espiritual, porque la Ley de Dios no va a perturbarse por causa de la acción mezquina del hombre.
Finalizo con estas confortadoras palabras dejadas por Alziro Zarur: “El último Armagedón pasará, como pasaron todas las guerras, todos los sectarismos, los odios, las enfermedades, las bajezas y todos los horrores de la vida y de la muerte. Y ustedes verán un nuevo Cielo y una nueva Tierra. Formarán —ante Dios— un solo Rebaño para un solo Pastor, serán las ovejas elegidas por la Buena Voluntad, anunciadas por el Nuevo Mandamiento del Cristo, el Amor eterno, sin divisionismo y sin falsedades, el Amor sin fin, que viene de Dios para los hijos que Lo aman, amando la tierra y amando el cielo”.
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