Forma de alcanzar el progreso
Un día, en el tercer milenio, que tiene mil años, todos habrán de comprender que espiritualizar a los seres humanos, elevando su condición moral, en consecuencia, es la única forma de alcanzar el progreso —sin que sea el progreso de la destrucción— para todo el planeta. Ese desarrollo, que considera a la ganancia como su dios, alcanza, primero, a los pequeños, de los cuales nos hablaba Jesús: “Déjalos venir a mí, porque de ellos es el Reino de los Cielos” (Evangelio, según San Mateo, 19:14) *1. Junto con los ancianos, los bebés y los niños, no solo en los países en desarrollo, son los primeros en perjudicarse debido a las enfermedades provocadas por la adulteración del medio ambiente. Como decía el genial científico judío alemán Albert Einstein (1879-1955): “La palabra progreso no tiene ningún sentido mientras haya niños infelices”. ¿Y cuántos están por ahí, mi querido Albert, empezando por los que viven en los grandes centros urbanos, respirando con dificultad?... ¿Será que los gobiernos realmente están gobernando para sus pueblos?
¿Qué es el “progreso de destrucción”*2? Es lo que, por ejemplo, promueve la contaminación asesina, el aumento del efecto invernadero y el agujero en la capa de ozono, cuya tarea es defender la vida en la Tierra, incluida la de los propios promotores de tantos males... “Impulsados” por la ambición de ganar a cualquier precio, no perciben que se ponen en peligro a sí mismos, a la patria y a la familia. No fue sin motivo que Jesús profirió un famoso discurso, que es conocido como “El Sermón Profético*3”, del que se destaca “La Gran Tribulación”. Respecto a ese tema, Él dice que, si Dios no abreviara aquellos días, ni los elegidos (aquellos que así se reconocen por sus obras) se salvarían. Y más aún: el Cristo advirtió que igual (tribulación) nunca hubo, desde la creación de la Tierra, ni jamás se repetirá... ¡¿Y es un chiste?!
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*1 Jesús bendice a los niños: Evangelio de Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, según San Mateo, 19:13 al 15:
“13 Entonces Le fueron presentados unos niños, para que pusiera las manos sobre ellos y orara; pero, los discípulos los reprendieron.
“14 Y Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí y no les impidáis hacerlo, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
“15 Y habiendo puesto las manos sobre ellos, partió de allí”.
*2 “Progreso de destrucción”: Título del artículo publicado por Paiva Netto en diversos periódicos en la década de 1980.
*3 Evangelio del Cristo, según San Mateo, capítulos 24 y 25; según San Marcos, 13; de acuerdo con San Lucas, 21.
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