Todo es cuestión de mentalidad

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Aprecio mucho un pensamiento de la famosa fotógrafa alemana, radicada en los Estados Unidos, Ruth Bernhard (1905-2006):

—Debo morir joven, independientemente de la edad en que ese evento ocurra.

Esa reflexión está de acuerdo con lo que siempre digo a la juventud de las Instituciones de la Buena Voluntad (IBV), independientemente de cuántos años tenga: Joven es aquel que mantiene el ideal en el Bien. Por lo tanto, el conteo cronológico de vida no define realmente si usted es joven o viejo, a pesar de los desafíos naturales de la edad. Existen jóvenes viejos y viejos jóvenes. ¡Todo es una cuestión de mentalidad!

Debido a esto, cuando hablamos de jóvenes en la Mies de la Buena Voluntad, no tenemos en cuenta su tiempo de existencia. Nos referimos a todo ser humano que no perdió el ideal fraterno. Son todos aquellos que desean progresar por los caminos de la Paz, aquí en la Tierra o estando ya en la Patria de la Verdad, en definitiva, nadie muere. Allá, el progreso igualmente continúa. Una breve explicación: señalé el sustantivo “ideal” con el adjetivo “fraterno”, teniendo en cuenta el hecho de que hay “ideales” que no deben se guiarse, como los que exaltan la violencia, la intolerancia y el prejuicio.

Laura Pedrotti

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Y, al dirigirme a los que prefieren los caminos de la concordia en este mundo lleno de brutalidades, no hago alusión a los cobardes ni a los ociosos, ya que procurar ser pacificador exige coraje, que lo diga Gandhi (1869-1948).

Si hay muchos jóvenes del cuerpo en nuestro trabajo, y estoy satisfecho con esto porque la cultura se prolonga con ellos, hay también muchos integrantes de la mejor edad que son joviales en el espíritu y muy activos.

Destacados personajes de la Historia hicieron revolución en edad avanzada.

Recurro a la Antologia da Boa Vontade [Antología de la Buena Voluntad] (1955) para ilustrar, de forma categórica, mi punto de vista sobre el real significado de juventud:

“Quien, durante la existencia, supo cultivar, lado a lado, Espíritu y cuerpo no puede ni debe a los 60 años juzgarse vie o. Considérese, por ejemplo, que ‘Kant, el famoso filósofo, escribió a los 74 años u Antropología, su Metafísica, su Ética; también a los 74, Tintoretto pintó una tela de más de 20 metros por casi 10, el célebre  Paraíso; también a los 74, escribió Verdi su ópera Otelo, a los 80, su obra prima Falstaff y, a los 84, tres inmortales páginas religiosas: Ave María, Stabat Maer y Te Deum; Catón, a los 80, empezó a estudiar griego; Lamarck, a los 78, publicó la Historia Natural de los Invertebrados; Goethe, recién a los 80 terminó su obra maestra, Fausto; Tennyson, a los 80, escribía su célebre obra Crossing the Bar; Fontenelle, uno de los enciclopedistas, a los 90 decía que no sentía la menor falla en su memoria o en su raciocinio; y el cuadro histórico Batalla de Lepanto fue pintado por Ticiano, ¡a los 88 años!’”

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Es bueno que reflexionemos sobre esto.