Superar el Dolor
La sabiduría antigua revela que los seres humanos pueden expresar su mejor capacidad justamente por la actitud que tienen ante el Dolor.
Los especialistas en comportamiento humano concuerdan que, en situaciones adversas, cuando el sufrimiento nos sorprende de manera tan cruel, la superación requiere una postura de coraje. Dejar de lado sentimientos de angustia y rencores es igualmente indispensable.
Para los que creen en un poder superior, en la Eternidad, de forma general, la prueba es más rápidamente aceptada, enfrentada y vencida. Sin embargo, aún los escépticos pueden encontrar energía constructiva para dar un nuevo sentido a sus existencias. Tenemos, por ejemplo, la Caridad, al ayudar al prójimo, como emblemática herramienta de reconstrucción de nuestra propia felicidad.
No temer a los desafíos
La crisis es la prueba de la inteligencia. La lucha exhorta nuestro valor. ¿Por qué temer a los desafíos? Es la manera elegida por Dios para premiar nuestra capacidad. Y toda victoria en el campo espiritual y físico exige sacrificio.
Victoria al alcance
Nadie puede sentirse derrotado antes de intentar el éxito. Reflexionando sobre el estado de espíritu que debemos mantener, de forma que convirtamos la realidad en buenas metas a establecer en nuestra existencia, concluí: todas las victorias están decididamente a nuestro alcance por la fuerza de nuestro propio y valeroso trabajo. Por lo tanto, de nuestra creatividad diligentemente bien aplicada. ¡Administrar es llegar antes!
El negativismo atrasa el progreso
Es indiscutible que la conducta psicológica negativa de líderes y liderados no contribuye en nada al crecimiento social de las poblaciones. Estoy de acuerdo con el teólogo y escritor inglés William George Ward (1812-1882) cuando dijo:
—El pesimista se queja del viento, el optimista espera que cambie y el realista ajusta las velas.
Siendo así, ¡no perdamos tiempo! Ajustemos nuestras velas y superemos los vendavales, con el fin de concretar el Buen Ideal que cultivamos. Esto no tiene nada que ver con el famoso “el fin justifica los medios”, atribuido a Maquiavelo (1469-1527), autor de El príncipe. Pero, es triste ver a algunos pensadores de gran valor, antiguos demoledores de prejuicios y tabús, después de tanta lucha, declararse desilusionados de todo. Ahora bien, cuando yo era niño, oía, en la voz de los más antiguos, este consuelo de Teócrito (aprox. 320-250 a. C.), que cité anteriormente:
—Mientras hay vida hay esperanza.
Cierta vez, el inolvidable Dom Hélder Câmara (1909-1999), arzobispo emérito de Olinda, estado de Pernambuco, Brasil, con su innata seguridad de eras más felices para los pueblos, se manifestó de esta forma:
—Feliz de quien cruza la vida entera teniendo mil razones para vivir.
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