Desvendando la premonición
El don de prever el futuro es algo antiguo y hasta hoy intriga al raciocinio humano. Felizmente, la comunidad científica fortalece el debate de evidencias y los casos que están surgiendo. Ese es el tema en el que se concentra el respetado profesor emérito de psicología de la Cornell University (EUA) Daryl J. Bem. Su investigación publicada en el Journal of Personality and Social Psychology —revista reconocida de la American Psychological Association—, fruto del estudio desarrollado por él a lo largo de ocho años, viene provocando al mismo tiempo elogios y críticas, por parte de sus pares y de la sociedad en general.
Esto me hace recordar un pensamiento de Oscar Wilde (1854-1900): “Cuando los críticos difieren, el artista está de acuerdo consigo mismo”.
Demostrando detalladamente el método empleado, solo modificando el orden de los procesos, él aplicó nueve experimentos para aproximadamente mil participantes. Lo que permite la reproducción del experimento y la verificación por otros investigadores y, en algunos casos, utilizando como base estudios tradicionales del área. Obtuvo resultados significativos para intentar explicar los llamados fenómenos “psi”, que constituyen, en la definición del autor, “procesos anómalos de información o transferencia de energía actualmente sin explicación en los términos de los mecanismos físicos y biológicos conocidos”.
Los eventos investigados son los de percepción extrasensorial (PES) —clarividencia, telepatía y psicoquinesia—, destacando la premonición y la precognición.
En su análisis, el Dr. Daryl, también formado en Física, entre otras, utiliza las concepciones teóricas de la mecánica cuántica para explicar tales fenómenos. Ante tantas perspectivas, aún hay mucho que comprender en este universo infinito que nos instiga a develar sus misterios. Por este motivo, es indispensable revestirnos de humildad ante el inmenso saber que desafía nuestra inteligencia. El estudio del Dr. Bem, uno de los más preeminentes investigadores de la psicología social, nos invita a investigar con imparcialidad el asunto. Aunque sea una realidad, este tema es descartado por algunos pensadores como objeto, pues se aleja de las bienintencionadas, pero restrictas, teorías corrientes, aceptadas impensadamente como verdades pétreas.
La gran cuestión
Recuerdo la afirmación categórica que proferí en ocasión del I Foro Internacional de Ufología, con sede en el Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica, el ParlaMundi de la LBV, en Brasília/DF, Brasil, del 7 al 14 de diciembre de 1997: Hace mucho tiempo el mundo discute la existencia de los llamados UFO (OVNI).
Con relación a esto, la cuestión no es creer o dejar de creer en ellos; pero, sí, saber si esos fenómenos son o no son verdaderos. La comprobación de esa realidad le cabe naturalmente a la Ciencia.
El mismo argumento es válido para los hechos considerados sobrenaturales, por no ajustarse a la lógica convencional, que no es absoluta y, por esa razón, necesita ser revisada constantemente. Afirmo y reafirmo: el dogmatismo en la Ciencia es una aberración.
Crecer en tiempos de contiendas
De mi libro Reflexiones del Alma, extraigo este fragmento:
Generalmente las transformaciones perennes surgen en momentos de gran agitación histórica. Los tenaces crecen en tiempos de refriega. Si lo hacen con el pensamiento basado en la Paz, el efecto de sus esfuerzos marcará su paso por la Tierra con la campanilla de la Luz. El ilustre médico brasileño Dr. Adolfo Bezerra de Menezes Cavalcanti (1831-1900) enseñaba que “si aspiramos a transmitir la Paz, si queremos elevar el corazón del ser humano, no podemos prescindir, en nuestras vidas, de un profundo y radical cambio en la búsqueda del fortalecimiento de la Fe y de su entendimiento”.
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