No existe futuro sin jóvenes

En la Legión de la Buena Voluntad (LBV), no alimentamos un clima para conflictos de generaciones. Por lo contrario: aliamos al patrimonio de la experiencia de los más viejos la energía dadivosa de los más jóvenes. Y el pueblo gana con esto.

Tatiane Oliveira

Estamos constantemente recordando a los jóvenes que un día también tendrán cabellos blancos. De la misma forma fraternalmente hablamos a los ancianos, recordándoles que fueron jóvenes... Es muy importante que no olvidemos esto...

Los jóvenes mañana envejecerán también... Si quisieren mantener el mismo espíritu de esperanza, la misma disposición juvenil, a pesar de las naturales arrugas del tiempo y de los siempre bellos cabellos blancos, practiquen el Bien. No hay otro camino. Es el Espíritu que fortalece nuestro ánimo, que nos concede la belleza eterna de la simpatía. No hay mejor cosmético que la conciencia tranquila.

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Puede parecer paradójico. Sin embargo, el país que desampara a sus ancianos no cree en el futuro de su juventud. ¿Qué es la nación, más allá de sus componentes? Habiendo futuro, los jóvenes envejecerán. Vivirán más. Se jubilarán... Una convicción arraigada en el gozo inmediato de las cosas muestra la falta de expectativa en el mañana. Y los que pueden pensar: “¡Vamos a vivir ahora, antes que todo acabe! Y los que logren resistir tanto, que se dañen...”. No hay exageración alguna aquí. Es lo que se ve. Se tiene la impresión que muchos de aquellos que disfrutan del vigor de la juventud ignoran la posibilidad de, también, alcanzar la decrepitud. Pero, podrán llegar allá... No existe futuro sin jóvenes. Tampoco lo hay sin viejos. Joven es aquel que no perdió el ideal.