Racismo — chancro social
El 20 de marzo, en el hemisferio sur, donde se ubica Brasil, comienza el otoño. La estación recuerda los tiempos de madurez, espíritu del que nos debemos revestir para lidiar con los desafíos diarios. Uno de ellos, sin duda una tarea para todos los brasileños, sean blancos, negros o mestizos, es la lucha contra el racismo en todas sus torpezas.
No es de ahora que levanto mi voz contra ese chancro de la sociedad, incluso porque, como la mayoría de los brasileños, tengo sangre negra. Desde la década de 1980, la prensa de Brasil y del exterior viene publicando varios de mis artículos, en los que exalto el valor de la raza negra, como por ejemplo: "Apartheid allá y Apartheids acá", "Racismo es obscenidad", "El mestizaje del mundo es inevitable", y tantos otros.
Al árbitro de fútbol Márcio Chagas da Silva, a los jugadores Tinga, del equipo del Cruzeiro Esporte Clube, de Belo Horizonte/Minas Gerais; y Arouca, del Santos Futebol Clube, de Santos/São Paulo; y a otros que, en el deporte o en cualquier área de actuación, hayan sido víctimas de alguno de esos actos cobardes, nuestra solidaridad permanente.
Por lo tanto, es muy sugestivo que el 21 de marzo, al iniciarse el otoño en Brasil, celebremos el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial. La fecha, instituida por la ONU en 1969, rinde homenaje a los 69 sudafricanos asesinados en 1960, durante un enfrentamiento con la policía. Ellos protestaban contra la "Ley del pase", que impedía el derecho de ir y venir de la población negra. "Masacre de Sharpeville", así quedó conocido ese lamentable episodio en Johannesburgo, en África del Sur, que colocó una mancha más de sangre en la historia de la Humanidad.
Mientras haya un ser humano cruelmente discriminado, el currículo humano estará maculado. Entonces, perseveremos en el trabajo de congraciar a las etnias existentes en el mundo, mediante el Ecumenismo de los Corazones.
Lectura e Interpretación
De ahí primar por llevar una educación de calidad a los niños y a los jóvenes de las escuelas de la LBV y de sus programas socioeducativos. Alimentados con valores espirituales, humanos, éticos y de ciudadanía, ellos serán los multiplicadores de prácticas constructoras de la Paz y del progreso sostenible para las comunidades del planeta.
El "Programa Permanente de Incentivo a la Lectura e Interpretación de la Información", que aplicamos en el Complejo Educativo Buena Voluntad, en la ciudad de São Paulo/Estado de São Paulo, Brasil, también tiene ese propósito. Su "Resumen de la Semana", de circulación interna, destaca que "la lectura y la escritura son imprescindibles para la inclusión de las personas en la sociedad letrada, correspondiéndole a la escuela el papel de sistematizar esos saberes". La iniciativa, aliada con todas las disciplinas de la matriz curricular, atiende alumnos desde el Maternal hasta la Enseñanza Media Superior.
Tenemos también la noticia de que "el resultado positivo de esas acciones es comprobado en el desempeño de nuestros educandos en exámenes que exigen capacidad en lectura e interpretación de texto. En 2013, por ejemplo, los alumnos Pedro Furtado, Letícia Dutra y Michael Araújo alcanzaron el 1º, 2º y 3º lugares en la Categoría 2º año de la Enseñanza Media Superior, en el simulado (prueba de simulación del examen para la entrada a la universidad) promovido por el Sistema Educativo Universitario". Y concluye la publicación: "Los alumnos Giovanna de Melo y Matheus Lombardi obtuvieron el 2o y 3o lugares en la Categoría 3º año. Le correspondió a la Enseñanza Media Superior del Complejo Educativo Buena Voluntad el 1º lugar en un ranking general de 80 escuelas participantes".
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