El Año Nuevo y la autoestima
Hace décadas, cuando me preguntaron sobre las expectativas para un cambio de año, exclamé: ¡Año Nuevo! ¿Año bueno? ¡Depende de nosotros!
Cada año que nace renueva la esperanza de días más felices. Se hacen previsiones y se establecen metas. Sin embargo, nada se modificará si no sabemos que, detrás del programa de acción por un mundo mejor, es indispensable, inmediatamente, en primera instancia, una postura interior espiritual ecuménica, exteriorizada en buenas acciones. Hace décadas, cuando me preguntaron sobre las expectativas para un cambio de año, exclamé: ¡Año Nuevo! ¿Año bueno? ¡Depende de nosotros!
El don de la Vida
El sufrimiento es una realidad. ¿Pero deberá ser eternamente así? La vida es un don. El ser humano, sin embargo, necesita reconocer el propio valor, que se inicia en el Plano Espiritual, de donde todos vinimos. Cuando se habla del desarrollo de la autoestima de la población, se piensa, a veces, solamente en el “no favorecido por la suerte”. Éste, en diversas ocasiones, demuestra más fuerza de voluntad que “el más favorecido”. Si no ¿cómo explicaríamos su supervivencia? Vean el ejemplo de las madres pobres. La élite de un país es su pueblo, lo que quiere decir que debe ser tratado de este modo, para que cualquier nación crezca. No envidie “a quien está por encima”. Cuando se actúa así, no se avanza. Me acuerdo que, en el colegio, aprendí que Eduardo VIII (1894-1972) —aquél que abdicó al trono de Inglaterra porque se enamoró de la americana Wallis Simpson— tenía, digamos, una tremenda baja autoestima. El padre, Jorge V, que era dominante, no creía en él. Por lo tanto, no juzguen solo por la apariencia o por el estatus social de las personas, cuando la raíz es psicológica.
Nuestra fortaleza viene de lo más íntimo de nuestro ser. Luego, la oración es un factor esencial para fortificarnos. No es escondrijo de cobardes. ¡Orar fortalece! Por esto, concluiré estas sencillas palabras con una oración de Jesús. Sabiendo Él que los seres humanos están constantemente impacientes, dejó una oración corta, aunque muy eficiente. Perfecta para empezar el año, o para cualquier hora: Es la Oración Ecuménica del Cristo, el Padre Nuestro, que se encuentra en Su Evangelio, según San Mateo, 6:9 al 13:
Padre Nuestro — la Oración Ecuménica de Jesús
“Padre Nuestro, que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre.
Venga a nosotros Tu Reino.
Hágase Tu Voluntad así en la Tierra como en el Cielo.
El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a nuestros ofensores.
Y no nos dejes caer en la tentación, mas, líbranos del mal, porque Tuyo es el Reino, el Poder y la Gloria, para siempre.
¡Amén!”.
Que este mensaje le haya hecho bien a Usted, para que crea aún más en lo preciosa que es su existencia y siga adelante, porque ¡Dios está presente! Y si es ateo, prosiga adelante, pero haciendo el Bien, pues vale la pena vivir.
Tom Jobim y el ParlaMundi de la LBV
El Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica, en Brasília, Brasil, conmemoró, en este último 25 de diciembre, 21 años de existencia. Desde que fue fundado en la Navidad de Jesús, en 1994, el ParlaMundi de la LBV, como también es conocido, se convirtió en referencia de un lugar abierto al intercambio de ideas y propuestas Ecuménicas con vistas a la Paz Mundial.
Uno de sus más destacados incentivadores, Tom Jobim, inolvidable exponente de la música brasileña y uno de los creadores del Bossa Nova, antes de regresar a la Patria Espiritual, el 8 de diciembre de 1994, en un videoclip para la TV, registró su cariño por la iniciativa: “Yo creo en la vida y me gusta vivir. Esto aparece en mis composiciones. Pero, ahora quiero invitarlo a cantar una canción diferente. El Parlamento Mundial de la Fraternidad Ecuménica es la Sinfonía de la Solidaridad Universal”.
Querido Tom, donde quiera que esté, porque los muertos no mueren, nuestro más sincero homenaje por la contribución en pro del entendimiento de los pueblos. Sus canciones perpetúan el amor y el respeto a la vida, primer paso para el surgimiento de una sociedad verdaderamente solidaria.
Agradecimiento
Me gustaría agradecer la gran cantidad de cartas, e-mails y tarjetas que recibí durante la Navidad Permanente de Jesús y por la llegada de un año más. Retribuyo tantas manifestaciones de amistad, deseándoles a Ustedes un 2022 repleto de realizaciones en el Bien. ¡Que Jesús, el Cristo Ecuménico, el Divino Estadista, nos inspire en la mejor conducción de nuestras vidas, fortaleciendo en nuestros corazones el sentimiento de solidaridad y de paz!
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