Compartir el pan (Final)
Vivimos un clima de renovación tecnológica jamás vista, pero también de ganancia exacerbada. Sin embargo, los seres de Buena Voluntad aguardan con confianza, como primicias del Señor, tiempos mejores. Por ello, es muy saludable el renacimiento de la esperanza en cada año que comienza.
Delante de la inmensidad del Universo de Dios, los ideales de vanidad y de dominio humanos no tienen futuro.
Al atravesar las aguas del “río de la muerte” se deshacen las quimeras de una Ciencia cuando sin carácter, los terrores de creencias cargadas de prejuicios e intolerancias, además de todo espíritu de competencia desalmada y el concepto bélico, que separan las patrias. Eso, hasta que el Sol de la Caridad, que es Jesús, espante las tinieblas de la ignorancia insolente y, abriéndoles la visión espiritual, haga a los seres humanos deducir que solo el ejercicio de las divinas leyes de la Fraternidad Ecuménica y de la Solidaridad Social traerán Paz a la Tierra. En esta época, las enseñanzas sublimes del Evangelio y del Apocalipsis habrán, finalmente, calmado los corazones, que encontrarán en el Regazo de Dios el descanso para sus Espíritus desenfrenados. En ese momento, esperado por tantos misioneros del Bien, la humanidad habrá entendido que de nada sirve ilustrar la mente si el corazón es olvidado y que es un completo delirio desear el progreso de la sociedad si los principios de la confianza y del respeto son avis rara en las relaciones interpersonales.
Sed de Simplicidad
Ernesto Renan (1823-1892), filósofo, historiador y libre pensador francés, citado por Humberto de Campos (1886-1934) en carta a Gastão Penalva (1887-1944), su colega de la Academia Brasileña de Letras, predicaba que “el cerebro quemado por el raciocinio tiene sed de simplicidad, como el desierto tiene de agua pura”.
Del mismo modo sucede en relación a la Verdad Divina, de la cual el Espíritu humano no puede prescindir, tanto que, cuando él esté exhausto de luchar inútilmente contra la propia liberación, la Verdad Divina lo iluminará con su luz delicada y serena. Jesús estuvo visiblemente entre nosotros por solo 33 años. Sin embargo, de acuerdo con lo que el prosista Luciano de Samósata (125-192) anotó “la vida humana vale más por su intensidad de aprendizaje que por su extensión”, siempre que ésta cese únicamente en el momento indicado por Dios, porque “el suicidio no resuelve las angustias de nadie”, como enseñaba Alziro Zarur (1914-1979).
Ciudano Celestial
Ahora bien, mis Hermanas y mis Amigos, mis Amigas y mis Hermanos, hagamos, entonces, el Bien, porque el tiempo continuará pasando.
Estamos en cuerpo, pero somos Espíritu. Eso nos lleva a concluir que Protágoras (480-410 a. C.), filósofo griego de la escuela sofista, no alcanzó la amplitud universal de la criatura cuando afirmó que “el hombre es la medida de todas las cosas”.
Con el pensamiento elevado a nuestro Divino Maestro, caminemos más adelante y digamos que el Espíritu Eterno, que habita el cuerpo humano, el sí, es la medida de todas las cosas, por cuanto es Ciudadano Celestial.
Mujeres, Hombres, Jóvenes, Niños y Espíritus, Almas Benditas, de Buena Voluntad, nuestro esfuerzo es llevar al pueblo las fórmulas divinas del Amor y de la Verdad, de la Humildad y de la Esperanza, de la Justicia y de la Paz, que emanan de las enseñanzas del Educador Sublime: Jesús. Es el Pan Espiritual que nos gustaría compartir con todos. Cuando hayamos conscientemente aceptado eso, no de modo superficial, sino en lo íntimo de nuestra Alma, estaremos listos para proclamar la Política de Dios al ser humano y a su Espíritu Inmortal.
¡El secreto es confiar en Jesús! El Gran Amigo que no abandona a un amigo en el medio del camino. He aquí el inicio de todo. Como decía el viejo Goethe (1749-1832): “en el principio, la acción”. El valor se prueba con el trabajo.
Entonces, las lamentaciones de Jeremías sobre Jerusalén encontrarán su fin, y “habrá un solo Rebaño para un solo Pastor” (Evangelio, según San Juan, 10:16), que es el Cristo.
Que la Paz y la convicción de Dios estén, ahora y siempre, en todos los corazones, porque se acercan grandes victorias, si actuamos para merecerlas. Y convirtamos el año nuevo en una esencial Resurrección.
* Avis Rara: Expresión latina que significa 'ave desconocida y rara' y se aplica a una persona o cosa que se considera poco común por tener alguna característica que la diferencia de las demás de su misma especie.
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