El suicidio no resuelve las angustias de nadie
Enseñaba Alziro Zarur (1914-1979):
—El suicidio no resuelve las angustias de nadie.
Tenía razón el autor de Poemas de la Era Atómica.
Matarse debilita, por largo tiempo, la existencia del Espíritu, pues ofende la Ley Divina, que es Amor, pero también Justicia.
Cuando el dolor sea intenso, por favor, recuerde esta página de André Luiz, en la psicografía del venerado Francisco Cândido Xavier (1910-2002):
Un Poco Más*¹
“Cuando estuvieres al borde de la explosión, con cólera, cállate un poco más y el silencio te ahorrará enormes disgustos.
“Cuando fueres tentado de colaborar con la maledicencia, guarda los principios del respeto y de la fraternidad un poco más y la benevolencia te librará de muchas complicaciones.
“Cuando el desánimo imponga la paralización de tus fuerzas en la tarea para la que fuiste llamado, prosigue actuando en el deber que te corresponde, ejercitando la resistencia un poco más y la obra realizada será tu gloriosa bendición de luz.
“Cuando la rabia sacuda tu corazón, usa la humildad y el buen entendimiento un poco más y no sufrirás el remordimiento de haber herido corazones que debemos proteger y considerar.
“Cuando la lección ofrece dificultad a tu mente, obligándote a desistir del progreso individual, concéntrate en el problema o en la enseñanza un poco más y la solución será divina respuesta a tu expectativa.
“Cuando la idea de reposo sugiere posponer la obra que te corresponde hacer, persiste con la disciplina un poco más y el deber bien cumplido será tu corona santificante.
“Cuando el trabajo te parece monótono e inexpresivo, guarda fidelidad a los compromisos asumidos un poco más y el estímulo volverá a tu campo de acción.
“Cuando la enfermedad del cuerpo te trae pensamientos de inactividad, buscando inmovilizarte los brazos y el corazón, persevera con Jesús un poco más y prosigue ayudando a todos, actuando y sirviendo como pudieres, porque el Divino Médico jamás recibe nuestros ruegos en vano.
“En cualquier dificultad o impedimento, no te olvides de usar un poco de paciencia, amor, renunciación y Buena Voluntad, a favor de tu propio bienestar.
“El secreto de la victoria, en todos los sectores de la vida, está en el arte de aprender, imaginar, esperar y hacer un poco más”.
El Salmo 31:24 de la Sagrada Biblia advierte fraternalmente:
– Tened coraje, y Él fortalecerá el corazón de todos vosotros que esperáis en el Señor.
El Rabino Henry Sobel pondera:
– No somos dueños de la Vida, sino solo sus guardianes.
Honremos, pues, el extraordinario don que Dios nos concedió, que es la Vida, y Él siempre vendrá en nuestro auxilio, mediante los más inimaginables y eficientes procesos.
Sustancial es que sepamos humildemente entender Sus recados y los apliquemos con la Buena Voluntad y la eficacia que Él espera de nosotros.
La permanente sintonía con el Poder Divino solo nos puede educar el Espíritu, para que esté en condiciones de sobrevivir al dolor, aún en plena exaltación de los desatinos humanos.
Del libro Billy Graham responde, surge esta dilucidación del respetado pastor norteamericano:
— La vida nos fue concedida por Dios y solo Él tiene el derecho de quitarla. Además, aún en medio de las circunstancias más difíciles, Dios está con nosotros. (...) Debo enfatizar el hecho de que el suicidio es un error, que no forma parte del plan de Dios.
En la Cuarta Surata del Corán Sagrado, encontramos este aliento en una amonestación del Profeta Mahoma:
29. Oh creyentes, no defraudéis recíprocamente vuestros bienes por vanidad, realizad comercio de mutuo consentimiento y no practiquéis suicidio, porque Dios es misericordioso para con vosotros.
Santa Teresa d´Ávila (1515-1582), la gran mística de España, nos incentiva a la perseverancia:
— Que nada te perturbe, nada te amedrente.
Todo pasa. Solo Dios nunca cambia.
La paciencia todo lo alcanza. A quien tiene a Dios, nada le falta.
Solo Dios basta.
La continuación de la existencia después de la muerte jamás podrá ser una justificación para el suicidio. Todos continuamos vivos.
Acertadamente, escribió Napoleón Bonaparte (1769-1821), cuando lamentó esa desafortunada selección, que hace infeliz el Espíritu de quien se deja seducir por ella, porque la llegada al Otro Mundo de aquel que destruye su propio cuerpo es un gran tormento, ya que no hay muerte después de la muerte:
— Tan audaz es aquel que sufre valientemente los dolores del Alma como el que se mantiene firme ante la metralla de una batería. Entregarse al dolor sin resistir, matarse y librarse del dolor es abandonar el campo de batalla antes de haber vencido*2.
Finalmente, confiados, sigamos el camino señalado por el Señor en el libro Deuteronomio, 30:19:
— Como puedes ver, he puesto hoy ante ti la Vida y el Bien, la muerte y el mal... por tanto, selecciona la Vida, para que vivas tú y tu semilla.
Mis Amigos y Hermanos en Humanidad, la gran fortuna es saber que ¡Vivir es mejor!
_____________________
*1 “Un poco más” – Antología de la Buena Voluntad, 1955.
*2 A pesar de que Napoleón I había pensado en el suicidio durante su atribulada carrera militar y política, no lo practicó. De ahí la importancia de su pensamiento.
Los comentarios no representan la opinión de este site y son de responsabilidad exclusiva de sus autores. No se permite la publicación de materiales inadecuados que violen la moral, las buenas costumbres y/o los derechos de terceros. Más información en Preguntas frecuentes.