Camino del éxito en la vida
(...) En la existencia terrenal unos llegan a Dios por el intelecto, en un camino quizás más demorado; otros, por la intuición, y por eso, van más rápido. La humildad es factor preponderante para acelerar la ascensión de un Espíritu en dirección a Dios, de la criatura en dirección al Creador. Sin embargo, hay personas que la confunden con omisión o cobardía, por eso no nos ilusionemos: Para ser humilde se necesita, ante todo, valentía. (...) Ya que estamos hablando de ella, creo que humildes y caritativos no son sólo los que van a hospitales, clínicas, urgencias, para consolar a los enfermos del cuerpo. Esta, por sí sola, es una enorme tarea. La Legión de la Buena Voluntad y la Religión de Dios la cumplen rigurosamente. Existen, sin embargo, otros enfermos que son los del Espíritu, y estos son anteriores a los que caen enfermos en carne, porque toda enfermedad empieza en nuestra parte invisible. El cuerpo actúa como un filtro que libra el periespíritu de los males acumulados en nuestra parte etérea.
Por eso, la gran misión de la LBV Mundial y de la Religión de Dios es, sobre todo, educativa: esclarecer a las personas respecto a ellas mismas (Educación y Cultura con Espiritualidad, en el sentido de que haya verdaderamente salud y trabajo), para que sepan escoger el camino correcto, para que no puedan olvidarse de que son, antes que carne, Espíritu, y de este modo no se enfermen, psicológica y físicamente. Ese conocimiento, que no tiene nada de ilusorio, les mostrará el camino del éxito completo en la vida. Si no, Jesús no lo habría advertido en el Evangelio, según Mateo, 6:33:
— Buscad primeramente el Reino de Dios y Su Justicia, y todas las cosas materiales os serán añadidas.
La LBV, por seguir esta enseñanza del Maestro (el Espíritu primero, justamente por saber que el cuerpo presenta también sus necesidades), se ha desarrollado de manera segura. Basta con ver que ella comenzó su trabajo predicando el Apocalipsis. Las Obras de Promoción Humana y Social vinieron después. Por eso, reitero, para que logremos el éxito duradero, que no podemos invertir la Ley del Supremo Legislador Jesús, el Gran Religioso, el Gran Estadista, el Gran Economista, el Modelo en todo lo que existe de correcto en la Humanidad. Y Su orden es: “primeramente, el Reino de Dios y Su Justicia”, para que todas las cosas materiales nos sean sumadas. Pero el político, el filósofo, el economista, el médico o el religioso que no ponen atención a esto, están invirtiendo las cosas, o piensan que observar esta Ley del Cristo significa abandonar las causas humanas y sociales urgentes. Están equivocados. Y la más perjudicada es la Humanidad. ¡Siempre!
— ¡Ah! ¡Pero eso no salió bien antes!
¿¡Y quién dijo eso!? ¡Vaya, si “no salió bien” es porque los hombres no lo hicieron bien! Lo complicaron todo, diciendo que eran lecciones de Jesús, cuando no lo era. ¿Quieren una prueba? Él dijo: “Amaos”, y lo que el mundo proclamó fue “armaos”, la orden antigua que imperaba en todo el Planeta, no sólo de parte de los guerreros, sino también de los religiosos que los animaban. Entonces no se hizo, con pertinaz decisión, lo que el Divino Jefe había determinado. Mucho de Su Palabra queda por realizarse; ¡realmente mucho! Entonces, nadie puede decir, o escribir, que Jesús ha fracasado, puesto que Su doctrina aún no ha sido íntegramente comprendida.
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