No atraiga problemas ya alejados por Dios
En Su Santo Evangelio, según San Mateo, 12:43 al 45, Jesús nos da una lección de seguridad espiritual, que sirve incluso para las naciones y nunca debe ser olvidada en tiempos de gran perturbación interior:
La estrategia de satanás
43 Cuando un espíritu inmundo sale de un hombre [o de una mujer], anda por lugares áridos en busca de reposo, y no lo halla.
44 Entonces dice: “Volveré a mi casa, de donde salí”. Y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada.
Esa alma —conforme escribí en mi libro La Misión de los Setenta y el “lobo invisible” (2018)— es un hombre o una mujer, desencarnados o no, en una situación espiritual precaria.
45Entonces va y trae otros siete espíritus peores que él, y entran y allí se quedan a vivir. ¡Y el estado final de aquel hombre [o aquella mujer] resulta ser peor que el primero! Así también le pasará a esta generación malvada.
La Caridad de Dios quita de nuestro camino los más variados problemas de naturaleza espiritual, psíquica, emocional y material. Aún en el libro La Misión de los Setenta y el “lobo invisible”, llamo la atención sobre el hecho de que el Amigo Divino, Jesús, aleja el espíritu obsesor de millones y millones en todo el mundo, y ese, a su vez, anda arrepentido, pero es un falso arrepentimiento. Mira lo que sucede en el versículo 45: “(...) va y trae otros siete espíritus peores que él (...)”.
Esto sucede por la falta de vigilancia en torno a uno de los preceptos fundamentales del Mundo Invisible: la Ley de Atracción. Sintonizar con ciertas clases de entidades solo puede hacernos daño. Sin embargo, si se establece con la Espiritualidad Mayor, fortalecerá nuestros corazones y Almas, lo que impacta directamente en la salud espiritual, moral, social, financiera y física de las naciones.
En su sabiduría, el pueblo nos enseña: “El cerebro desocupado es el taller del diablo”.
Y el “lobo invisible”, el espíritu obsesor, por no tener vestimenta carnal, anda por el mundo con libertad relativa, teniendo en cuenta que solo se acerca a una persona cuando se establece una sintonía de sentimientos y actos, cuando encuentra brechas, es decir, se instala en la casa vacía, anteriormente limpia por el Celestial Taumaturgo. Por eso, es fundamental reeducar, a la luz de la Espiritualidad Superior, nuestros canales psíquicos, manteniéndolos sanos y desobstruidos, con la elevación de nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones (la Sintonía Triple con Jesús) enderezados a la Bondad, a la Generosidad, a la Fraternidad Ecuménica, a la Verdad y a la Justicia Divinas; en fin, al Amor del Cristo, sintetizado en el Nuevo Mandamiento del Conductor de nuestras vidas: “Ámense como Yo los he amado. Solamente así podrán ser reconocidos como mis discípulos” (Evangelio, según San Juan, 13:34 y 35).
De esta manera, estableceremos la conexión psicoespiritual permanente con los sentimientos más sublimes, con nuestros Ángeles Guardianes, Guías Espirituales, Protectores, Almas Benditas, Espíritus Luminosos, que pueden librarnos de ese enemigo, y nos mantendremos activos en la obra del Bien. Se trata de una elevadísima lección de la Ciudadanía Espiritual, que el Cristo Estadista nos brinda.
No nos olvidemos que depende de nosotros no traer de vuelta los problemas que Dios aleja de nuestro camino.
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