Ciudadanía del Espíritu: una visión profética de Jesús, por intermedio de San Juan
Como escribí en el libro Jesús, el Profeta Divino (2011), el Sabio de los Milenios les brinda a todos el acceso sin demora a una nueva etapa, en la que la vivencia de la Paz legítima será la existencia natural para el Ciudadano del Espíritu:
¿Qué es la tiniebla sino el oscurantismo? Se trata de la peor ignorancia, de la que solo se puede esperar violencia y todo tipo de dolor. Ella es principalmente el resultado de la falta del conocimiento fundamental, que proviene del Espíritu iluminado, porque la ciudadanía, en realidad, empieza en el Mundo Invisible. Sin embargo, ¿cuándo los gobernantes de las naciones comprenderán esto? El gobierno de la Tierra tiene su inicio en el Cielo; un día, el ser humano, para su propio beneficio, aprenderá esta máxima. Desconocer la Verdad infinita es sufrir las consecuencias del pensamiento desgobernado*.
Vean esa espléndida visión profética del Cristo, en Su Apocalipsis, 1:4 al 6:
Saludos a las Siete Iglesias de Asia
“4 Juan, a las Siete Iglesias que están en Asia: Que la gracia y la paz estén con ustedes, de parte del que es, el que era, y el que ha de venir, y de los Siete Espíritus que están ante Su trono,
“5 y de Jesucristo, el Testigo Fiel, Primogénito de entre los muertos y Soberano de los reyes de la Tierra. Él que nos ama; con Su sangre nos lavó de nuestros pecados,
“6 y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Su Padre. Por eso, a Él sea dada la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.
Por mucho amarnos, conforme está escrito en el versículo quinto, Él se sacrificó por nosotros. Y, con Su sangre, es decir, con ejemplos inauditos de perseverancia en Dios, el Señor de la Paz nos legó enseñanzas transformadoras y nos lavó de nuestros pecados, que son nada más que el desconocimiento de las Leyes Divinas. Hizo descender a la Tierra el baño purificador de las Lecciones Excelsas, Cósmicas, origen de la Ciudadanía del Espíritu. A todos los que buscan mitigar la sed en la Inagotable Fuente disponible por el Sublime Proveedor, Él les concede el derecho de acceso a la Ciudadanía Espiritual.
No obstante, solo cuando nos liberamos de la ignorancia de las Normas Eternas, constituimos reino (por consiguiente, Autoridad Espiritual) y sacerdotes (es decir, virtud religiosa) para “Dios, Su Padre”. Por lo tanto, no para un poder fugaz, una religiosidad efímera, una ciudadanía que será depreciada con el pasar de los siglos.
San Juan y los Espíritus de Dios también exclaman en el versículo 6: “a Él sea dada la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén”.
Y llegamos al versículo séptimo del capítulo primero del Apocalipsis del Cristo. ¡Es extraordinario! Conforta nuestras Almas, porque anuncia el Regreso Triunfal de nuestro verdadero, inestimable Amigo Jesús: “He aquí que viene Jesús con las nubes, y todos Lo verán, incluso los que Lo traspasaron; y todas las naciones de la Tierra harán lamentación por Él. Sí, amén” (Apocalipsis, 1:7).
¡Gracias a Dios! Se trata de la consolidación definitiva de la Sociedad Solidaria Altruista Ecuménica, la Ciudadanía Espiritual plena.
Ante esto, todos nosotros, Ciudadanos del Espíritu, conscientes de nuestro papel en los universos, clamamos: ¡Ven, Señor Jesús!
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* Pensamiento desgobernado: pensamiento sin ninguna disciplina ética, cuyo sentido común protegería al ser humano de innumerables equivocaciones, con perjuicios para su salud espiritual y material. Más explicaciones en el segundo volumen de las Sagradas Directrices Espirituales de la Religión de Dios, del Cristo y del Espíritu Santo (1990) y en el libro La Misión de los Setenta y el “lobo invisible” (2018).
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